Es abogada, pero tras perder su empleo decidió que se dedicaría a hacer lo que le gusta: crear pays de los dulces típicos.
Desde su infancia, desarrolló el amor por la repostería y con la cual ha creado felicidad en los rostros de varios guatemaltecos.
Su vida cambió, y de los pasteles alegres y coloridos pasó a ocupar su tiempo en quimioterapias. Pronto le quitarán su otro seno.
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