En calma y con total paz, pero encendidos en indignación, cientos de guatemaltecos cierran la carretera Interamericana, exigiendo la renuncia del presidente y velando por una Consituyente Plurinacional.
“La violencia es el último recurso del incompetente” dijo alguna vez el escritor Isaac Asimov. Pocas veces nueve palabras logran ser tan elocuentes.
Con la tormenta Iota a tan solo 1,000 metros de distancia para tocar el territorio guatemalteco, el gobierno de Guatemala da su primera rueda de prensa para rendir cuentas de la situación del país tras el paso de Eta.
La tarde del viernes pasado se viralizaba rápido un video que mostraba cómo, presuntamente, la ayuda para los damnificados de Eta era llevada a la sede del partido VAMOS, en Quiché.
Lo cierto del caso es que, un golpeado Alejandro Giammattei, quien antes de concluir su primer año de gobierno ha perdido la mayoría de su capital político, ahora busca congraciarse con los alcaldes para lograr que las cosas caminen en su favor.
“Mi mamá me dijo que otras gentes necesitan de mi papá y por eso yo le di permiso para que los fuera a cuidar”.
Transportistas bloquearon la ruta a Puerto Barrios aprovechando la visita presidencial y el mandatario les dedicó un par de frases contundentes, que generaron polémica.
La falta de apoyo en el Hospital Nacional de Puerto Barrios, ha llevado a Griselda López a alzar la voz y retar al presidente ante la pandemia del coronavirus. Habla de “caos y muerte”.
Resulta inapropiado que el presidente no se haga responsable de sus declaraciones, lo más sensato es que se retracte y ofrezca disculpas, en vez de hacernos creer que le tergiversamos.