Esos ciudadanos comunes, que tocan dineros ajenos y se elevan a la categoría de Dioses, lo hacen todo para callar a quienes se atreven a manchar su “buen nombre”.
Al tomar la profesión y aceptar la vocación, ningún periodista imagina que el mismo trabajo lo pueda llevar a protagonizar el titular de una nota roja. Esto le ocurrió al joven periodista y emprendedor Alexander Yalibath que perdió la vida en el río Lanquín, Alta Verapaz.
Definitivamente, este tipo de acciones representan un retroceso y nos acercan un poco a esa macabra época.
Su enfermedad empeoró, por lo cual sus compañeros se organizan por medio de una campaña, para apoyarla económicamente.