La misión de Diego es guiar a los guatemaltecos a la oración y la acción ante las intenciones del Santo Padre.
Poco a poco el cielo se cubre de negro, las estrellas apenas se asoman, como si tuviesen miedo. “En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”, y comienza el milagro.
Para estos jóvenes de Esquipulas, el momento en que el Sumo Pontífice se pone su sombrero será inolvidable.