En un comunicado el exministro Sinibaldi se autodefinió como valiente y descalificó la labor de la prensa. Es decir que ahora un criminal de cuello blanco pretende dar lecciones de ética.
Esta es la historia (y mi experiencia) sobre un tuitero que resolvió un crimen, engañó a todos sus seguidores, involucró a la policía y luego ganó un premio. Así inicia la “Tuiteartura”.