No es la fuerza de su mirada, ni su rostro exótico ni su silueta. Más allá de su belleza, Sofía está encendida por muchas luces; brilla por su talento, su pasión y por buscar la excelencia.
El sueño de ser la estrella del escenario no ha cambiado desde su infancia. Las obras escolares comenzaron su ilusión y desarrollaron su pasión por actuar.