Manuel es un maestro de estadística en un colegio ubicado en Villa Nueva, que lamentablemente pasó por un caso que muchos guatemaltecos están viviendo hoy en día, incluso por falta de compresión y humanidad por parte de las empresas e instituciones.
Un día se presentó a trabajar en su colegio, ya que como lo normal en este tiempo, le toca dar clases en línea. Un día, empezó a sentirse muy mal, con fiebre, dolor de cuerpo y ya no le sentía sabor a la comida, los síntomas lo preocuparon y al finalizar de dar clases, se hizo una prueba de coronavirus, la cual salió positiva.
Los síntomas cada día se hicieron más y más fuertes, a tal punto de que el dolor de cuerpo ya no lo dejó caminar, se encontraba muy mal. “No me afecto mis pulmones, pero si todo lo demás, son dolores que no le deseo a nadie en mi vida”
Manuel por los síntomas, llamó a sus directores para poder faltar unos días, ya que no podía ni levantarse de la cama. “Llamé y creí que, por la situación, mis jefes iban a entender, pero no me esperaba lo que me iban a pedir”. Sus jefes le dijeron que tenía que ir a solicitar un certificado del Igss para poder faltar, si no iba a ser despedido. Con COVID, dolor de cuerpo y con probabilidad de contagiar a más personas, Manuel no entendía por qué no podían darle una solución diferente y la falta de humanidad y comprensión por sus directores, “debería ser suficiente la carta de confirmación de donde saque la prueba”. Pero por la necesidad de trabajo, no tuvo otra opción que hacerlo.
“No podía caminar, así que a como pude, conseguí una silla de ruedas, al llegar al IGSS me ayudaron con moverme, lleve triple mascarilla e intente ir lo más protegido posible para no arriesgar a nadie, llevé lentes oscuros ya que no aguantaba ni la luz del sol, hasta los mismos trabajadores se sorprendieron por la razón de que estaba allí. fue una experiencia horrible, pero necesito este trabajo” comenta.
Ya con el certificado, tuvo que asistir al colegio para dejarlo en administración.