¿Quién dice que en Guatemala solo de fútbol se vive? Soy Ian Rodríguez y tengo 17 años. Actualmente, compito en Fórmula 4 y soy el único centroamericano en la disciplina. Soy muy creyente en Dios y estoy seguro que Él me ha dado todo lo que tengo.
Estoy compitiendo con un equipo que se fundó en 2016 solo para mí. Mi carro tiene casi 22 caballos de fuerza y el año pasado logré una velocidad de 258 kilómetros por hora, como el mejor registro.
SIN COMISIÓN NORMALIZADORA EN FEDEFUT ¿QUÉ PASARÁ CON EL FÚTBOL NACIONAL?
Soy bastante tranquilo, molesto pero no me gustan las fiestas. Cuando viajé a Italia lo que más me costó fue acostumbrarme a la comida, especialmente en los desayunos porque son muy dulces y no soy tan amante de ese tipo de comida.
¿Cómo empezó mi pasión por los carros?
Cuando tenía seis años y medio no sabía qué era Fórmula 1 ni este mundo, pero cuando cumplí los siete me empezó a interesar. Mi papá corría, me informé y he ido logrando grandes cosas.
Cuando era pequeño me gustaba el fútbol. Por mucho tiempo jugué en el colegio y lo hacía muy bien. Fui defensa, mediocampista y otras veces como delantero, era bueno con la técnica aunque no corría tanto, pero nunca me enganchó como la Fórmula.
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En 2011, me fui a vivir a Italia. Viajé solo y sin duda se convirtió en el momento más duro. Tuve que dejar a mi familia y mis amigos. Cuando gané el campeonato centroamericano me dieron una beca que me permitió llegar hasta Europa. Cuando las carreras no van tan bien dudas de tu capacidad y si realmente vale la pena sacrificar tanto.
Soy un joven perseverante y por ello logré mantenerme. Al inicio me decían tercermundista y aseguraban que no lograría nada, pero he sabido mantenerme en pie y hacer un buen papel en el deporte. Mi mente ahora está puesta en el siguiente campeonato, que será por toda Europa.
Si ahora repaso mi vida, me doy cuenta que he llegado muy lejos. He podido correr al lado del hijo de Michael Schumacher y de Takuma Satō, entre otros… pilotos que siguen los pasos de sus familiares.
FUI MARERO PERO EL FÚTBOL ME CAMBIÓ LA VIDA
Seguí mis estudios a distancia. Vivo en Italia, la escuela en la que estudio está en Francia y en Guatemala tengo la oportunidad de mantenerme vigente en el colegio Julio Verne. Salgo a correr al menos 5 kilómetros diarios y juego PlayStation.
De martes a sábado viajo a Bolonia para prepararme en aspectos físicos, el simulador y concentración.
Muchos piensan que solo se trata de subirse a un carro y manejar
Es normal que muchos piensen que es un deporte sencillo, pero no lo es. Les daré un ejemplo: en la última carrera adentro del fórmula estaba a 50 grados y claro, si no tengo las condiciones físicas óptimas puedo causarme mucho daño.
Además, no puedo alterar mi peso, porque un carro como el mío puede cambiar su funcionamiento. Mi equipo se integra por mí, dos socios y dos mecánicos. Si lo ves te reís, porque la mayoría de pilotos tienen hasta 30 personas detrás de ellos. Aún así tenemos altas aspiraciones.
Debido a temas económicos nosotros hacemos uno de tres campeonatos, sin embargo eso no nos limita.
Además, boxeo mucho, eso me permite aprender a mantenerme concentrado. Es muy difícil cuando otro piloto te ejerce presión. Debes aprender a controlar esos momentos. Creo que también mi experiencia me ha ayudado para que sea muy sereno.
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En 2012, gané el campeonato del mundo, previo a eso, en 2010 fue el centroamericano. También gané una carrera en Fórmula 4 y fue un honor. Me sentí muy orgulloso de colocar la bandera de Guatemala en lo más alto del podio. Por momentos dudé si lo que había logrado era suerte, pero no…es puro talento.
Soy una persona disciplinada, también la Fórmula 4 me ha enseñado a catalogar a las personas. Darme cuenta que hay buenos y malos, además de no depender de nadie. Soy muy independiente, aunque repito que el apoyo de la familia siempre es importante.
En el futuro…
Sin duda me veo en el futuro como piloto de Fórmula 1, junto a mi equipo. Este deporte es pasión, es un Don que Dios me regaló y lo que más me gusta.
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El camino no ha sido fácil. Muchos se burlan de mí porque antes de cada carrera ellos escuchan música para concentrarse, pero yo oigo a mi pastor Alejandro Bullón. Me va tranquilizando. Rezo, me persigno y estoy listo. Seguro mantendré esta tradición hasta que cumpla un nuevo ciclo en mi vida. Llegar a lo más alto del automovilismo será difícil.
El gran secreto es tener mucha cabeza, ser inteligente.
Toda esta experiencia me ha enseñado a ser una persona humilde y sacrificado. Aunque tenga momentos difíciles como el año pasado cuando estuve a punto de ganar en Imola, pero un pequeño accidente me lo impidió, seguiré luchando.
En Guatemala hay mucho talento, es un deporte que crece con el paso de los días y claro, eso es muy bueno.