Para Mi Gente Informa, Carmen Rodriguez desde Washington D.C.
El gobernador de Texas, Greg Abott, intentó esta semana cerrar varios puntos de cruce en la frontera del estado y México para impedir que inmigrantes indocumentados se entreguen a las autoridades estadounidenses o la patrulla fronteriza.
Sin embargo, el gobierno federal revocó la orden pocas horas después de ser emitida.
La sombra del Puente Internacional del Río Grande, en Texas, se convirtió en un campamento improvisado donde la policía y la Patrulla Fronteriza tratan de contener a miles de inmigrantes indocumentados que intentan ingresar a Estados Unidos.
Los inmigrantes se apostaron debajo del puente en la frontera para tratar de entregarse y solicitar asilo. Durante esta semana, las autoridades estadounidenses reportan que por lo menos ocho mil personas se han apostado en la línea fronteriza.
Números de migrantes aumentan
Las cifras tanto de las personas que están acampando en la frontera como de las deportaciones batió récord. Desde febrero pasado, hasta la fecha, Estados Unidos reporta 600 mil personas deportadas, la cifra dobla los datos del año pasado.
Desde el martes pasado, la cantidad de personas concentradas en el límite fronterizo obligaron a las autoridades a mantener un cordón de seguridad aledaño a Ciudad Acuña.
El alcalde de Río Grande, Ralphy Lozano, señaló que la Administración de Joe Biden debe reconocer que hay una crisis migratoria en la frontera. La Patrulla Fronteriza prevé que en los próximos días más inmigrantes se concentren en el lugar.
Las autoridades temen que el lugar se convierta en foco de contagios de enfermedades, pues no hay servicios básicos y las condiciones son propicias para que pueda ocurrir un desastre de salud.
Organizaciones dicen estar preocupadas
Mientras tanto, organizaciones de Derechos Humanos denunciaron que tanto México y Estados Unidos continúan realizando deportaciones masivas hacia Guatemala, sin respetar el debido proceso.
Según Human Right Watch, desde agosto pasado, ambos países están realizando vuelos de deportación para llevar a los centroamericanos a Guatemala. Esto se suma a las denuncias, también de organizaciones que a principios de agosto señalaron que Estados Unidos había coordinado con el gobierno mexicano el traslado vía terrestre de inmigrantes hasta la frontera entre México y Guatemala.