Para Mi Gente Informa, José Ruano desde Ciudad de Guatemala
El contrabando de productos, principalmente, provenientes de México deja pérdidas por más de Q16 millones al año al fisco guatemalteco. Además, muchos de los artículos traficados son adulterados o bien carecen de medidas de salubridad provocando daños en la salud de los consumidores. Precisamente el 8 de diciembre de 2020 fue condenado Edvin Urías López Ramírez por los delitos de contrabando aduanero y contravención de medidas sanitarias.
En la sentencia se acreditó que la mercadería que transportaba Edwin Urías López no cumplía con los requisitos para su comercialización en el territorio guatemalteco, además de no contar con los niveles de fortificación y etiquetado que requiere para su consumo seguro. La condena dictada fue de 7 años de prisión inconmutables y una multa de Q. 56,604.89, más la extinción de dominio del camión donde se conducía la mercadería y la destrucción de la misma, además se obligó el pago de impuestos por Q.14, 627.85.
Lentitud, pocos casos y escasas sentencias
En la actualidad existen redes de criminales dedicadas al contrabando, que van desde compras en México, transporte del producto en camiones por pasos ciegos, bodegas clandestinas, distribuidores y venta al menudeo; asimismo, adulteración del etiquetado, violación a las cadenas de frío, falta de controles de salubridad, entre otros; sin embargo, las denuncias presentadas ante el MP llevan hasta tres años sin que se emitan acusaciones ante los tribunales.
La tardanza en los procesos, provoca que los contrabandistas cierren las bodegas y busquen otro lugar donde guardar la mercadería sin dejar rastro ni pruebas. De hecho, existen casos en los cuales el Ministerio Público y la Policía Nacional Civil han realizado allanamientos, pero en las bodegas no se ha encontrado absolutamente nada.
Otro de los casos que se lleva el Ministerio Público es el de tiendas allanadas en la Quinta Samayoa, zona 7, de la Ciudad de Guatemala, donde se constató que se vendían productos de contrabando, especialmente alimentos, por lo cual se capturó y procesó a Óscar Enrique Sabán, quien al verse en dicha situación pagó los debidos impuestos y multas a la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT).
El acusado solicitó al Ministerio Público “un criterio de oportunidad” el cual se le daría, pero al realizarse otro allanamiento a sus comercios se verificó que nuevamente incurrió en el delito de contrabando aduanero. Los acusadores son la fiscalía del MP y como querellante adhesivo se presentó la Cámara Guatemalteca de Alimentos y Bebidas (CGAB).
El MP conoce otro caso de contrabando que se lleva contra el señor Henry Alexander Ralda Lorenzo, quien fue capturado al trasladar bidones de aceite en Quetzaltenango sin permisos de importación, ni requisitos para su manejo dentro de Guatemala, además, el producto lo pasaba a otros recipientes de menor tamaño para la venta, contaminando el contenido.
Luis Mazariegos, del Observatorio Contra el Contrabando comentó para Mi Gente Informa que las autoridades de justicia deben empezar a aplicar la ley para que estas estructuras criminales sean disuadidas, pues de no haber condenas seguirán cometiendo el delito.
Existen otros que conocen las autoridades, pero están en reserva y en proceso de investigación en donde se vinculan grandes redes de contrabando, sin embargo para los analistas del OCC los procesos son pocos comparados a la cantidad de personas que se dedican al ilícito, aun así se están sentando precedentes ante este delito penal.