Hasta el sol de las tres de la tarde de ese sábado puso atención a esta entrevista, y que convertimos en monólogo. Un oficial en anonimato aceptó la invitación de Relato para contarnos los por menores de su época como oficial. Pese a ser retirado, es joven y este es un resumen de sus 11 años como agente, durante una conversación de 83 minutos. Esto es lo malo… lo bueno… y lo bizarro de ser agente. Solo te hará falta la música del gran Ennio para acompañar la lectura.
Lo malo
Estuve 11 años de activo, de 2004 a 2015. Usé el uniforme negro, el chocobanano, el azul, de hecho cuando salí no habían implementado el azul. Como en el almacén habían un montón de uniformes azules ese te daban, pero si ibas a un área administrativa recibías el gris perla, el que le llaman chocobanano. Por eso, la mayoría usábamos el azul, pero en 2005 comenzó el cambio al uniforme negro.
Empezaré por lo malo. Ser policía en Guatemala es saber que estás en una institución de servicio, pero que trabajás para una sociedad ingrata, que solo ve lo malo y te critica, y generaliza que todos somos corruptos o que somos ladrones, y eso crea desasosiego en el policía “¿para qué voy a dar más, si de todos modos no lo van agradecer?”, eso es cuando uno se siente despreciado.
El civil siempre se pone a la defensiva, incluso si está infringiendo la ley. Si el policía te agarra, eso te enoja y tratás de sobornarlo, y si lo lográs, después hablás. Y si es el policía es el que te pide soborno, lo das e igual hablás; es bien complicado, somos una sociedad hipócrita. No vamos a tapar el sol con un dedo, corruptos hay, pero el principal problema son los filtros al momento del reclutamiento.
All momento de aceptar aspirantes a agentes, se utiliza la UVA, Unidad de Verificación de Antecedentes, y se supone que cada policía es investigado: su círculo social, con quién vive y en dónde, sus relaciones, su perfil económico… eso seria el idea, para no darte el lujo de que cualquiera entre, pero resulta, o al menos así era cuando entré a la academia, que en la UVA solo habían seis personas, para visitar todo el país, a las 600 y pico familias que éramos de esa promoción. Es decir, es imposible. Visitan a dos o tres familias, emiten un dictamen y dicen, “todo está bien”, y ahí ya se te coló un montón de gente que solo entra a hacer plata, ven en la fuerza un botín.
El salario de la policías es el salario mínimo más varios bonos, y en la actualidad recibe prácticamente Q5 mil pero de eso, la mitad es el salario base, y lo hacen de esa forma para no pagarte una indemnización alta cuando te vas.
El estado de la Policía depende mucho del Gobierno de turno, pero esos problemas de escasez en la Policía se dieron durante el Gobierno de Portillo, incluso habían estaciones en las que ni papel había para poner denuncia. Había un cartel que decía “traiga sus hojas”. Escasez de uniformes, gasolina, incluso en el Gobierno de Berger hubo una escasez horrible, en la que los policías tenían que poner de su bolsa para el combustible, entonces cuando es así toca improvisar.
Esto porque yo lo vi: muchos jefes lo que hacen es hacerse amigos de dueños de talleres, de gasolineras, de gente así, entonces a cambio de un par de servicios de seguridad, como custodiar un par de pick ups para que no los roben durante un traslado, se les apoya. Es un me das y te doy, un trueque para mantener la funcionalidad de la Policía. De esta manera se hacían muchos tratos. Miras jefes de talleres y así, que ya habían recibido algún favor que decían “Miré XX, vaya a tal lugar, dígales que va de parte mía y que le cambien esas llantas, ya las tiene muy lisas”. Pero en otros casos, hay gente que aduce que los va usar para eso, pero no; hay de todo, no se puede negar que el sistema de la Policía se presta para ese tipo de corrupción.
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[Respecto de los atentados a las estaciones de Policía opina] Habría que hacer un estudio de quién entra por vocación y quién por necesidad. A mi la vocación me agarró en el proceso, cuando vi que es un trabajo noble, pero me atrevo a decir que el 99% de los reclutas que entran en la academia lo hacen por que es un trabajo. No por vocación. Sin embargo, si preguntás, todos responden en coro “¡Por vocación!”, pero si los entrevistás de tú a tú, te dicen que se vienen de sus pueblos porque no quieren seguir sembrando, ya no les interesa ser agricultores, y como no encuentran trabajo, terminan de policías.
Al ser policía el riesgo se toma y hay que estar consciente de eso, para mi no es válido que un policía diga “es que ponemos el pecho por la población”, porque realmente ese es su trabajo y entras a la academia y te dicen que debes estar consciente que si tenés familia, posiblemente se va desintegrar debido al trabajo. El primer día desertan un montón porque nadie quiere que le digan “mientras ustedes están aquí comiendo mierda, su mujer está con el lechero”, eso pasa, yo lo vi.
Es preferible tener a alguien soltero ocupado de su aprendizaje que alguien que está con su esposa. Es mejor ser soltero, se puede concentrar mejor y te das cuenta que es un proceso de inversión para formar a un policía: comida, tiempo, uniformes, catedráticos.
Partiendo de la formación, empezás a ver un resto de anomalías. Por ejemplo, en una clase magistral, la metodología indica que al presunto delincuente le tenés que decir. “¡Deténgase, Policía Nacional Civil”, pero en la realidad tenés que decir “¡Parate hijo de la gran puta, si no, te doy verga!” de lo contrario, no se detiene y hasta se anima a darte pija.
Imaginate diciéndole a un pandillero del Barrio 18, “¡Alto, en nombre de la Policía Nacional Civil!” se va reír de vos, y te agarra a balazos. Se tiene que abusar de las órdenes verbales para intimidar, porque resulta que si no intimidás, nadie respeta a la Policía.
Lo feo dentro de la policía, es que el sistema no funciona. Aunque la educación no es del todo mala, ves dos caras de la moneda, el policía corriente, el que ves en la calle que tiene educación básica, y luego ves a los Lobos Gril de fuerzas especiales, que tienen otro tipo de entrenamiento, y la formación es más militarizada, le decís a uno de ellos “no te movás en 12 horas” y lo hace.
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[aunque nos desviemos un poco, cómo percibís el resultado final de la operación Pavo Real, esa historia que acaba de terminar, en apariencia] puedo tener dos posturas, como ciudadano, lo veo bien, porque todo el mundo quiere que el desmadre en las prisiones se acabe, y todo el mundo lo ve bien, y ves que en las redes la gente dice “más ministros como Vielman deberíamos tener”, pero desde la perspectiva de servidor público, es nefasto. Lanzás la imagen de que no es posible hacer las cosas en Guatemala más que con violencia. Y le vendés a la gente la idea de que los entes de seguridad solo sirven para reprimir. La lógica es perversa, se privilegia el capturar sobre la prevención del delito, cuando el ideal es al contrario.
Solo cuando esa política de prevención sea superada, entonces hablemos de la represiva, pero en Guatemala lo hacemos al revés. Primero reprimimos, no les damos oportunidad y luego pretendemos reincertarlos. Eso ya no funciona.
¿En qué momento un niño deja de decir “Quiero ser policía”? En eso juegan un papel los medios de comunicación, principalmente la televisión, más que ahora que los papás no educan a sus hijos y quieren que la escuela se haga cargo, cuando la escuela solo da conocimiento, no educación.
Cambia todo con la televisión, cuando ves que a los policías los matan, no como ocurre con otros profesiones como un contador. O en mi caso, cuando ves familiares de policías que los matan; o cuando por el estrés los compañeros se vuelven alcohólicos, porque no se conoce otro estilo de vida. Por ejemplo, no existe un programa de salud mental para el policía. No hay apoyo en materia jurídica para el policía tampoco.
Hay micha historia como esta: Hace unos años entra una llamada de una mujer que pedía auxilio porque su esposo tenía un arma y la quería matar, estaban en una habitación de un hotel. Llegan los agentes dialogan con él, se caldean los ánimos y les empieza a disparar. Los agentes responden, lo matan y salvan a la señora. Pero en ese momento, el auxiliar fiscal pide que detengan a los policías. Los arrestan y los llevan a tribunales. El mismo juez regaña al auxiliar “¿cómo es posible que ponga a los oficiales en esta situación? 1. Estaban actuando en ejercicio de su cargo, 2. están defendiendo a la señora y 3. están defendiendo su propia vida”. Él mismo dio la falta de mérito. Si hubieras visto a los compañeros estaban devastados, no entendían porqué se les trataba así, si habían hecho bien su trabajo. Uno incluso pedía que le quitaran el uniforme, lloraba, eso es identificación con la profesión.
Ahora bien, tomá en cuenta que en la ley de Guatemala, en ningún lugar dice que a un oficial le deben disparar para que él pueda responder. Pero todo mundo cree que si no te disparan, no lo podés hacer, y eso es un mito. Por eso muchos no actúan de primas a primeras, esperan a que les disparen, esto mejoraría si modificás el reclutamiento y mejoras la enseñanza del policía, como mínimo para empoderar a la gente, para que entiendan lo que significa ser policía, diría que dos años deberia de ser el mínimo en cursos. Porque ¿qué pasa con los reclutas que les dan baja por corruptos?, al salir forman bandas o se dedican al sicariato, porque ya saben como funciona el sistema.
Lo bueno
Voy hablar de un patrullaje, fue por el estadio Doroteo Guamuch, en el cruce que entra a La Limonada. Viene un patojo corriendo y atrás una señora gritando, “¡Agárrenlo!” nosotros estábamos recién graduados y entonces éramos gacelas para correr y fuimos tras de él. Lo corrimos y al alcanzarlo, él sacó un cuchillo. Y saqué mi batón, y le dije: “¡tirá el cuchillo!” y me respondió, “¡Venite pues, chonte hijoelagrán!”, entonces cuando me dijo así, lo agarré a leñazos. La cosa es que el monedero llevaba como Q2 mil. Imagino que la señora era comerciante. Cuando llegó la doñita, ya lo estábamos engrilletando, y le recuerdo que no le puedo dar el dinero, que tengo que consignarlo y llevarme la plata, y ella nos tiene que acompañar.
¿Y cómo hacés si sos demasiado restrictivo con el cumplimiento de la ley? Si no le devuelvo el dinero ella pierde su plata, hablamos de uno o dos años para que todo termine. Entonces, esta historia es de agosto de 2004, por cierto, en ese entonces no existían los juzgados de turno. La cuestión es que le digo a la señora, “necesito que me apoye. Yo no lo quiero dejar ir porque va seguir robando, deme Q100 de los Q2,000 y lo usamos como evidencia, yo le devuelvo el resto. Sé que con más de Q50 ya lo puedo meter por delito de robo”.
La doñita me dijo, “con tal de no perder mi dinero”, y me los dio. Hice mi parte de consignación en la estación de San Pedrito, y cuando íbamos, el delincuente se ríe y me dice: “usted es nuevo va poli… usted no me conoce. Acá ya me conocen los demás polis. Me dejan hacer mi cacha de vez en cuando”. Me quedó la satisfacción de consignar a un delincuente, la señora con casi todo su dinero, pero con el mal sabor de boca.
Otra, un par de bolos que detuve y los llevé a su casa para que no les pasara nada. La gente critica cuando no conoce. Muchas veces has visto patrullas con muebles, y sí, son mudanzas, pero la gente que dice que “de fletes agarramos las patrullas”, no se pone a pensar que la Policía está haciendo el traslado de una familia que quizá estaba amenazada.
En zona 6 lo viví. Una familia estaba amenazada de muerte, y los mareros estaban esperando afuera para matarlos por el cobro de la extorsión., por ello, se tuvo que prestar el auxilio en ese momento para llevar todas sus cosas, ayudas a alguien para salvarle la vida. Y piensa la gente que es un flete y que encima les estás cobrando.
Esta es otra. Tuvimos un procedimiento que, sin dar detalles, prestamos un auxilio y evitamos que esa persona se fuera a matar. Lo llevamos a su casa, hicimos un conocimiento, que revisara que llevaba todas sus pertenencias, que no olvidaba nada, porque hasta de eso hay que cuidarse. Pero a los tres días, en un medio de circulación impresa, salió un apartado que decía “estoy agradecida con los agentes de la unidad tal, ya que prestaron tal auxilio. Gracias a Dios, aún hay policías buenos”, fue una satisfacción muy bonita, aún guardo el recorte. Porque sabía que habíamos sido nosotros.
Tuve muchas experiencias en ese sentido. Muy bonitas. No niego que cuando tuve la oportunidad de dar un par de cachimbazos bien dados lo hice, porque lo merecían, hay gente que no entiende a las buenas.
Otro ejemplo de buenas acciones, ahora con los reciente ataques, en zona 18, viste que les tiran una granada y otra unidad los ve y hace la persecución, imaginá ese escenario, les habían lanzado una granada ¡estaban bajo ataque! Cualquiera dentro del ceno policial, hubiera dicho, “muchá, si pueden, ¡sóquenlos!” , pero no, los detuvieron, los pusieron a disposición de un tribunal. Nada les hubiera costado matarlos y decir, “hubo un enfrentamiento”. Te das cuenta que la gente se esmera por hacer su trabajo de forma profesional.
Hay muchas acciones que la Policía hace y que la gente no conoce. La Dirección de Prevención del Delito es algo que deberían de vender en los medios. Que se de cuenta la sociedad que la Policía no es solo bala, gas y palo. Un par de compañeros los mandaron a la comisaría 12, ellos eran del departamento de prevención. El jefe les dijo, “o hacen algo o los mando a patrullar”. Ves la lógica retorcida de los jefes, pero los compañeros respondieron, “no tenga pena jefe, ya tenemos un plan”. La cosa es que los dos se fueron a un balneario en San José del Golfo, y le explicaron cuál era el plan al dueño. Era ganancia para todos, el obtenía publicidad, y ellos un espacio.
Crearon un programa “No te ahogues en las drogas”, con él, dieron cursos de natación a 150 niños de San José de Golfo, y en ese ínterin les hablaron a los niños de cómo resistirse a ser reclutados por las pandillas. Esas son las cosas que la Policía hace pero nadie ve. Si peguntas cuántas escuelas visitan al año en prevención, son un chingo. Curso como “El Policía es tu amigo” eso no lo ves en redes, porque eso no vende. Lo que ves es agentes agarrando a un delincuente. Tristemente esa lógica enfermiza la adquieren los medios dentro del ministerio.
Lo bizarro
Un caso en un centro comercial en San Miguel Petapa. Los delincuentes entraron y robaron, luego huyeron y hubo una persecución hasta Villa Hermosa. Uno de los patojos, su apellido era Chon Gallina, no olvidaré el nombre del compañero, en su afán e inexperiencia, entra de una vez en la casa y lo matan. Luego los delincuentes se acuartelaron.
La casa pasó sitiada varias horas. Helicópteros del Ejército patrullando, porque erá en la época de patrullaje combinado, los de la PDH gritándoles que se les iba a respetar su integridad… y ello salían por la ventanas con los fusiles y gritaban “¡Sho, hijos de la gran puta!” y disparaban.
Entonces llegó el comando antisecuestros y decidió. “Estos tipos no se van a rendir, hay que entrar”. La consigna era entren a sacarlos, pero pusieron resistencia y los mataron. Luego, vimos que tenían un costal lleno de municiones. No iban a salir por las buenas, fue de película.
El caso de Alaska, cuando tenían bloqueada la carretera. Antes de que llegara Chiroy con sus solados, la gente ya había dialogado con la Policía, y ya habían dicho que no se moverían y por eso al salir, el agente que estaba negociando le dijo a Chiroy, “oficial no entre. La gente está demasiado ofuscada. No entre ahora, esperemos que se cansen un poco y volvemos a intentar dialogar”. Él -Chiroy- dijo que no, que el Ejército los iba hacer entrar en razón. “Si ustedes no tiene huevos, nosotros sí”… y mirá el desvergue que fueron a hacer. Su mentalidad es otra.
Hay manifestaciones, como las de 2015, que ves al montón de policías frente al Congreso, o al Palacio Nacional, y sabes que la gente tiene razón pero tu función es no permitir que los linchen o que dañen ese patrimonio, pero sabes que ellos tienen la razón, y encima recibís insultos. Hay ocasiones, como cuando la gente que estaba manifestando le dio de comer a los agentes, son situaciones extrañas.
A mi me pasó en San Pedro Ayampuc, fuimos a detener a unos tipos y al llegar, la gente ya le había quitado a los delincuentes a la Policía. Es complicado porque sabés que merecían el castigo, pero no podés prestarte a eso, y luego escuchás las amenazas que si no, nos quemaban a nosotros. Por eso es que toca salir huyendo, la gente dice, “policías más huecos”, pero es que si no has estado en los zapatos de un policía, no entendés.
Otro caso, esto fue en Pana, cuando le prendieron fuego a unas patrullas. Desarmaron a los oficiales, incluso habían voces de que los querían quemar. Uno de los compañeros, el que me lo contó y que estaba en este problema, hablaba uno de los idiomas mayas y empezó a negociar con ellos. Les dijo que eran paisanos y eso. Y aunque lo reconocieron como tal, un grupo no quería dialogar y buscaba fuego, pasó dos horas evitando que los quemaran.
Llegó un momento, cuando el compañero pudo hablarle a los demás oficiales cautivos y vio que había una patrulla no muy lejos, les dijo que cuando él se los indicara, corrieran con todas sus fuerzas, porque los iban a quemar. En un momento, cuando vio que la gente se empezó a descontrolar, gritó “¡Corran muchá!”, y salieron rumbo a la patrulla, y los agentes apostados, al ver lo que ocurría lanzaron las bombas lacrimógenas, mientras los que huían recibían pedradas y les gritaba. Imaginá estar en un lugar, en el que estás de servicio, con gente que te ve a diario, y que en esa situación grita “¡Quémenlos!”, cualquiera diría, “este me las paga”, pero tenes que ser profesional, son escenarios muy complejos.
Cierro diciendo que no hay que tenerle miedo a los policías, podés andar de cualquier forma, pero eso de que te sembraban drogas ya no pasa. Se dio en una época, pero ya no. Los jueces ya no lo creen, saben que si “lleva” un pushito, el juez dirá que es mentira. Si es un marero es creíble, pero si es trabajadora la persona, eso no pasa. El juez no cree. Es como el mito de que un policía siembra un arma. Eso tampoco pasa. No hay policía que quiera perder su tiempo en tribunales. Eso es mucho mito, mucha leyenda urbana. Si no has hecho nada, todo estará bien.