“No hay transporte y tampoco tengo dinero para pagar Uber o taxi”, expresa Rodrigo. La bicicleta es una opción de transporte para los guatemaltecos.
Las disposiciones del gobierno central para la contención del COVID-19 en el país prohibieron el uso del transporte público para evitar aglomeraciones y la propagación del nuevo coronavirus.
Muchas personas se han podido quedar en casa, mientras otras deben regresar a trabajar, pero si viven lejos de sus trabajos ¿cómo se movilizan?
Unos tienen servicio de transporte por parte de las empresas, otros pagan taxi o Uber, pero muchos se movilizan por medio de bicicleta ante la necesidad de seguir trabajando.
Rodrigo, residente de la colonia San Ignacio, en Mixco, debe buscar la manera de llegar a su trabajo para no perderlo. Su escasa economía no le alcanza para pagar un servicio de transporte privado.
“Laboro en zona 13, normalmente me iba en una 40R para luego caminar hacia mi trabajo”. “A raíz del problema en el que nos encontramos no hay transporte y pagar para que me lleven no me alcanza, más ahora cuando hay que cuidar la economía”.
Antes entraba a las 8:00 a.m. ahora debe ingresar una hora antes para cumplir con su horario de trabajo establecido. “Por lo regular, a las 6:00 a.m. en punto me encontraba en la parada para abordar el bus. Ahora debo madrugar una hora antes y caminar; sin embargo, en mi casa encontré una bicicleta y decidí usarla”.
Nunca me imaginé usar la bicicleta para movilizarme.
Entre los pocos carros que transitan ahora sobre la Calzada Roosevelt, Rodrigo pedalea durante una hora y media todas las mañanas para movilizarse. “Hay carros que aún transitan en la Roosevelt, pero yo me voy pegado a la banqueta sobre el carril derecho”. “Al principio me costaba porque me cansaba rápido, aún el regreso me cuesta ya que es de subida”.
Una forma sana y económica que ahorita en la ciudad algunos guatemaltecos utilizan para transportarse. “No solo yo ando en bicicleta he visto a más personas transitar sobre la Roosevelt y en otras partes de la ciudad”. “Siempre hay que tener precaución porque aquí no hay educación vial hacia nosotros”.
Así es como los guatemaltecos ante la falta de transporte público se deben movilizar para mantener sus empleos. Cada gota de sudor significa un día más de comida.
Australia y Alemania
Comparar a Guatemala con otros países más desarrollados en muchos aspectos lleva a la reflexión ¿vamos por el camino correcto? En Guatemala son pocas las ciclovías que existen en la ciudad y, por ende, una cantidad minoritaria que usa la bicicleta.
En Australia el uso de la bicicleta ha incrementado a raíz de la pandemia.
Grant Kaplan, gerente de Giant Sydney, una de las tiendas más grandes del centro de la ciudad, comentó a un diario inglés que después de la semana de cierre cientos de personas estaban buscando comprar una bicicleta. “No podíamos seguir el ritmo de las ventas. Literalmente, el teléfono está sonando sin parar”.
Giant Sydney está facturando diariamente cantidades que superan los 20 mil euros.
En otra ciudad australiana está sucediendo lo mismo. BikeNow ubicada en Melbourne, la otra gran ciudad del país, cuenta que solo el fin de semana pasado vendieron entre 40 y 45 bicicletas. Esto se debe a que familias buscan este transporte de gama media para trasladarse a todos lados y guardar la distancia física.
“Las familias están cansadas de caminar a todas partes como forma de ejercicio. Los niños van a sus hogares desde la escuela o están siendo educados en casa. Si todo ello lo haces en bicicleta, además de estar practicando una actividad física que es buena para tu salud, estás manteniendo la distancia social”.
Alemania es otro país donde sus ciudadanos están utilizando más la bicicleta y las ciudades más importantes del país bávaro están ampliando y creando más ciclovías.
“Hemos adelantado el proceso ante la coyuntura de la pandemia y ante la necesidad de mantener el distanciamiento social”, comentó Felix Weisbrich, coordinador de planificación vial en el distrito Friedrichshain-Kreuzberg, de Berlín.
Berlín está siguiendo el ejemplo de ciudades como Bogotá, Budapest y Vancouver, que también están asignando más espacio para ciclovías durante la actual crisis de salud.