Infinitas son las anécdotas que muchos han vivido en un concierto. Son variadas las historias que, a veces marcadas por la tragedia y otras por la comedia, se han convertido en parte de este paradigma de guitarras, letras, canciones y coreografías. Hay todo un mundo lleno de historias y relatos por parte de quienes observan desde una tribuna el espectáculo de su estrella.
Carlos Salazar: “El mal tercio”
Iba al concierto de Ozuna, y la chica con la que asistiría tuvo problemas con el transporte y ya no me acompañaría. Cuando me bajé del vehículo en el lugar del espectáculo, lo primero que veo es a mi ex novia, con quien tenía una semana de haber terminado, y lo peor es que iba con nuevo novio.
Siempre he tenido una buena relación con todas mis exnovias, por lo que ella me dijo que si quería pasar el concierto con ambos. La verdad es que yo no quería por obvias razones, pero por no ser mala onda le dije que “sí”. Esperaba encontrarme a alguien más, pero no sucedió; fue horrible, pasé un concierto viendo a mi ex besándose y bailando con su nuevo novio. O sea, solo fui a hacer mal tercio.
Sofía Rodas: “Al que nunca pude ver”
Viajamos a México porque iba a tocar Green Day, pero también Gustavo Cerati iba a dar un concierto el mismo día. Decidimos ir a ver a la banda estadounidense, ya que Cerati daba espectáculos más seguido. No contábamos con que el argentino se iba a accidentar unas semanas después y que al final se terminaría muriendo. Estuvimos tan cerca de verlo.
Daniel Sosa: “Estafado y sin concierto”
Cuando vino Maroon 5 a Guatemala, me emocioné y vendí varias de mis cosas para comprar el boleto, pero cuando fui ya se habían agotado. Siempre acudí el día del concierto, para escucharlos aunque sea de lejos, cuando de repente una señora se me acercó y me ofreció su entrada. Nos cruzamos a Cayalá para sacar dinero del cajero y cuando por fin creí que los iba ver, el señor de la taquilla me dijo que mi boleto era falso.
Les expliqué, pero obvio no me creyeron y me sacaron de la Explanada. Ni los vi y le regalé Q2 mil a alguien que me estafó.
Adriana Tzoc: “El desmayo”
Amo a Pablo Alborán, por lo que mi mamá me compró mi entrada para verlo casi de frente. Recuerdo que de lo emocionada que estaba, casi no almorcé ni nada. Recién había iniciado a cantar el telonero cuando de repente comencé a sentirme mal, pero pensé que era por el hambre.
Al fin salió Pablo, pero como había tanta gente me faltó el aire y lo último que recuerdo es que él empezó a cantar “Recuérdame” y luego me desmayé. Se me bajó la presión y me sacaron del Fórum.
Ver a tu artista favorito sobre el escenario es una experiencia indescriptible. Disfrutar de un concierto es de los mejores placeres que hay en la vida y gracias a ello es que siempre hay anécdotas dignas de contar. ¿Cuál es tu Relato de concierto?