Tiempo atrás, Evelyn y Jonatan Figueroa recibieron la noticia de que serían padres. La sorpresa los llenó de emoción e ilusión; sin embargo, hubo algo que los preocupó. El doctor les comentó que se trataba de siameses isquiópagos, es decir que estaban unidos por el periné y compartían genitales, aparato digestivo y sistema urinario.
Las dudas y miedos se convirtieron en protagonistas en la vida de Evelyn, quien a pesar de la incertidumbre decidió esforzarse para que sus hijos pudieran nacer sin ningún problema. Fue asistida por los médicos, quienes decidieron internarla en la semana 17 para monitorear sus movimientos.
Evelyn tenía 22 semanas de embarazo cuando recibió la triste noticia de que su cuello uterino se había acortado y corría riesgo de un parto prematuro, lo cual dificultaría el nacimiento de sus hijos. Los médicos decidieron no darse por vencidos y le colocaron un dispositivo intravaginal, el cual ayudaría a Evelyn a finalizar su embarazo en tiempo y forma.
Arduo trabajo de 44 médicos
Gianluca y Santino (así decidieron llamar a los recién nacidos) nacieron el 20 de septiembre de 2018, con 1.8 kilogramos cada uno y con la capacidad de poder respirar por sí mismos. Con tan solo un día de vida, los médicos intervinieron a los bebés practicando un ostoma, una abertura que permitió derivar el contenido intestinal y evitar futuras complicaciones en la operación que los separaría.
La intervención quirúrgica que separó a estos hermanos unidos desde la panza de su madre, fue realizada el 22 de junio, duró nueve horas y en ella participaron 44 profesionales del Hospital Materno Infantil ubicado en Saavedra (Argentina). Desde directivos de la institución hasta cuatro cirujanos pediátricos, dos cirujanos plásticos, tres urólogos, un cardiólogo, tres anestesiólogos, enfermeros, médicos legistas, abogados y auditores médicos.
Los médicos se capacitaron lo suficiente para ese momento, al punto de realizar varios simulacros dentro del quirófano para saber cómo encarar la situación. Confeccionaron dos muñecos especiales que imitaban las adversas condiciones a las que se tendrían que enfrentar.
Por lo general, solo hay 5 cirujanos en el quirófano”, explicó la coordinadora de Cirugía Pediátrica de Fundación Hospitalaria, Carolina Millán, quien destacó la importancia de la planificación y el ensayo previo de la cirugía. “Fue como una coreografía”, comenta.
La situación requería de una clínica especializada para que se pudiera realizar el parto, y lograron conseguirla en Barcelona, lugar en el que estuvo internada Evelyn.
Necesitábamos un quirófano de gran tamaño para poder realizar ambas cirugías en simultáneo, una vez realizada la de separación”, explica Sergio Paikovsky, subdirector médico del centro asistencial.
Después de la operación exitosa y diez días de estar internados, con monitores y controles, los médicos y padres de familia explican que ambos se encuentran estables. “Ahora tienen más movilidad. Ellos están muy bien, son dos chicos totalmente independientes y están muy mimosos ahora”, agrega la madre, con una sonrisa.
Fuente: La Nación