Los embarazos a una edad tardía pueden ser peligrosos, pero a la misma vez muchas mujeres no creen que sea un impedimento.
La maternidad para muchas es importante. Contraer matrimonio y concebir hijos es decisión de cada pareja.
En un estudio de la Universidad de Stanford se cita que el riesgo de tener un bebé con anormalidades en los cromosomas aumenta junto con la edad de la madre.
La probabilidad de tener un hijo con síndrome de Down aumenta de 1 en 1,250 en mujeres que conciben a los 25 años, a 1 en 100 en mujeres que fecundan a los 40.
Existen madres que a pesar de los riesgos realizan todo lo posible para tener a su primer primogénito o segundo hijo. Para Beatriz Argueta el sueño de ser madre tuvo varios altibajos antes de la alegría. “Yo me convertí en madre por primera vez a los 38 años. Antes del embarazo tuve dos abortos espontáneos”. “No fue fácil, mi proceso de embarazarme me llevó alrededor de 4 años”.
Beatriz tuvo un proceso largo. Sus dos abortos espontáneos le afectaron emocionalmente hasta el punto de reincidir de su sueño.“A los 34 años fue mi primer intento. A las 2 semanas mi cuerpo rechazó el embarazo. Psicológicamente uno queda afectado, pero yo quería ser mamá”.
“Mi médico mencionó que ambos embarazos han sido arriesgados, ya que mi producción de ovarios era muy baja”.
A pesar del primer intento, su fe era más grande que los diagnósticos médicos. “Ser mamá era lo que más quería, lo deseaba con todo mi corazón. Yo no tenía mucho dinero para someterme a los tratamientos que existen para embarazarse”.
“Me contacté con mujeres que intentaron más de cuatro veces embarazarse, pero nunca lo lograron, así que desistieron de ese sueño”.
Un niño o niña, no importaba el sexo, ella quería compartir su vida con alguien. “Me embaracé por segunda vez, a los 36 años, que ya se consideraba riesgoso sobre todo por mi primer antecedente. Por ello, me cuidé más; no podía hacer ningún esfuerzo y llevaba una dieta muy exigente. Aproximadamente, al mes otra vez mi cuerpo rechazó el segundo embarazo”.
El tiempo cada vez estaba en su contra. Pero su deseo de ser madre todavía persistía. “No es fácil sufrir dos pérdidas, me sentía frustrada y triste, todas las noches me preguntaba ¿por qué yo?”. “Psicológicamente me afectó más, porque cada vez que veía a una mamá con su hijo pensaba ¿así sería el mío? Dos años después de la segunda pérdida con mi pareja decidimos intentarlo de nuevo. Estaba consciente que el riesgo era muy alto y mi cuerpo podría volver a rechazar el embarazo”.
En septiembre de 2016, Beatriz recibió otra vez la noticia más esperada de su vida. Estaba embarazada y la lucha por concebir comenzaba. “Ya me lo imaginaba, sentía sus manitas, su voz que decía mamá. Le pedía mucho a Dios que me diera ese privilegio, quería a mi hijo conmigo”. “Pasaron los meses y cada vez el embarazo era riesgoso, el médico me mencionaba que había una posibilidad de que mi bebé naciera con algún problema. Pero yo tenía fe que no sería mi caso”.
En junio de 2017 su angelito abrió por primera vez sus ojos, sano y salvo. Beatriz le daba la bienvenida a su primogénito. “El embarazo no fue fácil, tuve nuevamente falsos abortos, pérdida de peso y otras complicaciones. Sin embargo, mi fe y deseo fue más grande que todo los problemas juntos”. “Hoy mi hijo tiene 2 años, está sano y a mis 40 años lo disfruto conmigo. “Existen muchos factores y riesgos. No hay que arriesgar la salud física y psicológica. Yo decidí embarazarme a esta edad y estaba consciente de los peligros. Ya no pienso tener otro hijo”.
Consecuencias:
Según el estudio de la Universidad de Stanford el embarazo a una edad tardía puede ocasionar ciertos problemas en la futura madre e hijo.
Ser consciente de que tienes el tiempo en tu contra.
De que tu reserva ovárica es menor.
Es fundamental tener toda la información para que la mujer afronte un proceso que en principio no es fácil. No dudar en preguntar.
Hay más probabilidades de que el futuro bebé pueda tener alguna anomalía, pero gracias a la ciencia ahora se prevé y actúa en consecuencia.
Tendrá más complicaciones en el embarazo, porque con el aumento de la edad se pueden producir con mayor incidencia los abortos espontáneos.
El apoyo psicológico puede ser una buena herramienta para afrontar el proceso. A partir de la semana 12 este riesgo disminuye.
Es necesario prever todas las posibles complicaciones que puedan surgir, desde la fecundación hasta el parto, lo que ha mejorado mucho con los avances científicos y médicos.