En un lugar remoto de Antigua Guatemala, más conocido como Arco de Santa Catalina, se encuentra un artista de 33 años. Eduardo Tacen, más conocido como “Tamagochi”, es el encargado de alegrarle el día a todos.
Desde los 7 años, Eduardo Tacen ha tenido contacto con el arte. Actuar es su pasión, pero con el tiempo se ha involucrado al clown y mimo. “Lo más difícil es que la gente entienda que el arte tiene un precio. Hay personas que creen que mi arte es muy caro”, comenta.
Como todo artista, “Tamagochi”, con nueve años de trayectoria, también ha sufrido la falta de espacios para compartir su talento. “Otro de los problemas que he experimentado al principio de mi carrera es la falta de espacios para hacer arte, aparte de que es muy caro estudiar ciertas áreas artísticas”, explica.
Tus sueños deben ser reales, ser propios y cumplirse.
Globoflexia, arte, shows y risas, es parte del espectáculo que los más pequeñitos disfrutan. “Soy autodidacta. Me fui preparando con videos de YouTube”, cuenta “Tamagochi”.
Con el paso del tiempo, “Tamagochi” ha logrado estilizar sus personajes con grandes personalidades. “La vida me ha puesto en el camino a personas como clowns del Cirque Du Soleil, maestros payasos del país, el grande “Panchorizo”, y la familia Lúdica de Guatemala”, resalta Tacen.
El arte, su mejor amigo
El silencio, como forma de inspiración, se convierte en su mejor amigo en cada show. “El arte del silencio es mi acompañante de todos los días. Me fascina este tipo de arte, que me hace cada día más humano”, agrega el artista.
Charlie Chaplin y Marcel Marceau son su inspiración. “Charlie Chaplin era un ‘payaso’ y Marceau, el silencio; ambos se complementan y yo me convierto en un payaso del silencio. Siempre estoy viendo nuevas presentaciones, shows, música, etcétera”, relata “Tamagochi”.
Amor, su segunda inspiración
El amor también ha llegado a la vida del exponente del silencio. “Hijos aún no tengo, pero el 24 de noviembre de este año tuve la oportunidad de unirme al amor de mi vida. ¡Me casé!”, relata Tacen.
Cada fin de semana, “Tamagochi” trata de alegrarle la tarde a los visitantes de Antigua Guatemala, donde niños y grandes, turistas nacionales y extranjeros se detienen para apreciar su arte. “Yo trato de alegrar la vida de los demás, mi trabajo es compartir alegría a mi público”, manifiesta.
La noche cae en la calle del Arco de Santa Catalina y el cielo empieza a mostrar un hermoso atardecer. “Tamagochi” agarra su maleta y se despide de su público. “Nunca dejes que nadie te diga que no, deja que tus sueños fluyan y que cada paso que des, lo hagas con la convicción de la realidad que te apasiona. Haz lo que te gusta y lo que quieres hacer”, asegura.
¿Has visto alguna vez a “Tamagochi”?