Es un municipio ubicado en el departamento de Sololá, al lado suroccidental del Lago de Atitlán. Está rodeado por los cerros: Las Cristalinas, Kyaq Aaba’aj y el Kajnom, y las colinas que complementan ese panorama poético recordado por muchos.
San Juan La Laguna es considerado como uno de los lugares más limpios de Centroamérica, además de recibir a quien visita con sus calles coloridas, galerías que invitan a adentrarse en el trabajo de varias almas artísticas. De sitios en donde se puede contemplar la magia de Atitlán y los textiles elaborados por las manos sololatecas que buscan transmitir su identidad.
A pesar de ser un municipio pequeño, en él habitan mucho talento, tranquilidad, organización y seguridad. Existe un grupo de mujeres tejedoras, que por medio de su fusión de ingenio y amor, realizan piezas que han sido admiradas por nacionales y extranjeros. Inspiradas en el proceso de sus abuelos y padres, que evocan su cultura maya y la comparten con quien esté dispuesto a conocerla.
Textiles: una historia contada por medio de los colores y las formas
La mayoría de estas mujeres tejedoras utilizan semillas de achiote, plantas, carbón, cáscaras de coco y corteza de árbol para realizar su trabajo. Al ritmo de la interpretación de su identidad maya crean diversos diseños que, en ocasiones, llegan a corazones del otro lado del mundo.
El arte de tejer ha trascendido a generaciones de pobladores sololatecos y ese es el caso de muchas artesanas de San Juan La Laguna, quienes incluyen en el negocio a las demás que conforman su familia. Lo que a simple vista puede parecer un factor productivo para obtener ingresos, para las mujeres del municipio también es una herramienta de expresión y educación. Esto, porque por medio de sus figuras, símbolos y colores, dan a conocer su historia.
Los insectos forman parte fundamental del proceso de elaboración de tejidos. Las “cochinillas”, por ejemplo, al disecarse y ser procesadas permiten que el color corinto pueda ser aplicado en las telas. Las plantas y los recursos naturales también tienen su magia dentro del proceso. El color blanco es extraído del algodón; el café, de la cáscara de coco; el rojo, de la semilla de achiote; el mostaza, de la planta de pericón; el rosado es sacado de la remolacha; el anaranjado, de la zanahoria; el morado, de la albahaca y el negro se logra con la fusión de todos los colores.
Cada pieza artesanal conlleva trabajo de horas y mucha pasión por la autonomía. Esa es una gran parte de San Juan La Laguna, sus mujeres tejedoras que atrapan a quienes las visitan.
La magia de San Juan a tus pies
Además de la belleza textil, se encuentra el impacto de su reserva natural. El reflejo del cielo en el Lago de Atitlán les recuerda a los guatemaltecos la riqueza de la flora y fauna que poseen, así como también encanta a los turistas que visitan el país, sin importar la temporada.
El panorama de San Juan La Laguna, abrazado por las montañas y el lago con sus tintes de calma, reafirma ser una de las maravillas del mundo. Su impresionante vista puede ser experimentada desde el nuevo mirador turístico Kiaq’Aiswaan, área en la que puedes contemplar la magia del pueblo sololateco y el impactante rostro natural que lo complementa.
Además de ser el sector ideal para experimentar la inigualable belleza natural, es un mirador turístico que busca beneficiar de manera directa a las personas que lo visitan. También a los guías locales, artesanos, pintores, sitios que brindan hospedaje, restaurantes y a las personas involucradas en el turismo del municipio.
La limpieza de San Juan puede notarse en este mirador, ya que desde varios metros de altura se nota la organización del municipio, con sus calles libres de basura, el color en todas las viviendas y la seguridad a toda hora.
Respirar aire puro, contemplar una de las maravillas naturales del mundo y conocer de cerca la creación artística de los tejidos guatemaltecos, es una experiencia que San Juan La Laguna te ofrece.
