Si en tu rutina diaria no encuentras espacio para ejercitarte y agregado a esto permaneces sentado casi todo el día, debes saber que con el tiempo dicha costumbre será mala para tu salud. Así que levántate de esa silla e integra la actividad física a tu vida diaria, ya sea en tu oficina o cualquier área de trabajo.
Puedes comenzar aprovechando tus períodos de descanso para hacer pequeños ejercicios o llevar a cabo tus reuniones mientras caminas. Los siguientes consejos pueden ayudarte, así que descarta cualquier excusa y ponte en marcha.
• Trabaja de pie
Puedes, incluso, aprovechar el momento de hablar por teléfono para caminar; asimismo, busca un escritorio alto para que mientras trabajas, tus piernas estén estiradas. Otra buena idea es caminar hasta el escritorio de un colega para conversar con él, en vez de hacerlo por mensajes de texto o correo electrónico.

• Utiliza tus descansos
En lugar de pensar en ir a tomar un café o comer, ve a dar una caminata enérgica. Puedes subir o bajar algunos niveles por las escaleras o hacer ejercicios de estiramiento suaves, como mirar hacia delante y después bajar el mentón hacia el pecho. Haz diferentes ejercicios durante 15 o 30 segundos.

• Lleva equipo de ejercicio al trabajo
Guarda bandas de resistencia, como sogas o tubos elásticos, los cuales ofrecen una fuerza similar a las pesas al estirarlos. Asimismo, las pesas pequeñas son una buena opción porque no ocupan mucho espacio en el cajón del escritorio.

• Aumenta el ritmo
Si tu trabajo incluye caminar o andar en bicicleta, hazlo más rápido. Entre más camines o utilices tu bici, verás mayores resultados en tu salud.

• Anima a tus compañeros
Organiza caminatas en grupo durante la hora de almuerzo, ya que juntos pueden asumir la responsabilidad de hacer ejercicio de manera periódica, además de compartir más tiempo en diferentes actividades.

Fuente: Mayo Clinic www.mayoclinic.org