Es difícil pensar en algún objeto de uso común que no contenga plástico.
Las pastillas que tomamos, la ropa que vestimos, la tecnología que utilizamos, la comida que consumimos, todo tiene plástico. De hecho, se calcula que, en el mundo, se compran un millón de botellas plásticas cada minuto. Las estadísticas del uso y destino de todo este material producido por el hombre han sido sujeto de estudio de la Universidad de Georgia, la Universidad de California y el Sea Education Association y, sin lugar a dudas, los resultados son alarmantes.
Desde la primera vez que se produjo plástico, en 1950, hasta el 2015, el mundo contaba con 8 mil 300 millones de toneladas de plástico. Esto equivale a que de los 7.5 millones de habitantes del mundo (calculados en 2017), cada uno consumió un mínimo de 2 mil 425 libras de plástico. Y se espera que el consumo de este material aumente a 34 mil millones de toneladas en el 2050.
Las cualidades del plástico hacen que este sea utilizado de forma masiva. Por ser impermeable, duro o blando, rígido o flexible y opaco o transparente, se ha convertido en uno de los materiales preferidos para responder a las necesidades de una sociedad consumista.
Así pues, el alto índice de producción del plástico supone un gran reto medioambiental, pues dicho elemento no es degradable y los materiales utilizados para su producción, como el etileno y el propileno, no son renovables.
Los expertos han señalado que el plástico tarda años en degradarse. Por ejemplo, una botella tarda 450 años y una bolsa alrededor de unos 20 años.
El problema medioambiental se agudiza porque el consumo de plástico es en su mayoría a corto plazo. Lo anterior provoca que el 79 por ciento del plástico en el mundo se acumule en los basureros. De hecho, el 50 por ciento del plástico es desechable, un 25 por ciento para productos de infraestructura como tubos y cables y el restante 25 por ciento para productos de consumo como tecnología y carros.
Para hacer un consumo más responsable del plástico lo primero que debe lograrse es la reducción del porcentaje de este material que es desechable y priorizar su uso en el mediano y largo plazo.
Algunas alternativas para reducir el consumo de plástico de manera cortoplacista sería utilizar otros materiales como cartón o bolsas de papel, por ejemplo. Además, es importante continuar fomentando los esfuerzos por el reciclaje.
Artículo de referencia: Production, use, and fate of all plastics ever made