Más de alguna vez has sentido que no estás hecho para el amor, que cupido te odia, o que simplemente jamás encontrarás el amor de tu vida, pero no eres la única persona que piensa así. Existen muchos que creen que este sentimiento no existe para ellos, pero en realidad todo es a su tiempo.
Conozco a varios jóvenes, que a sus apenas 15 a 21 años, creen que jamás encontrarán a nadie, pero a esa edad es un poco temprano para pensar en el “amor verdadero”. Además, en estos tiempos cuesta mucho encontrar a alguien que quiera tener una relación seria y duradera. Sin embargo, no te apresures, estoy segura de que pronto hallarás a tu pareja de ensueño.
‘’Tengo 19 años y a pesar de que estoy muy joven, a veces pienso que el amor no está hecho para mí, ya que a mi corta edad he sufrido un par de decepciones amorosas… Creí que él me quería de verdad, quizá no para toda la vida, pero sí para ese presente, para compartir y crecer juntos, pero me equivoqué. Claro que eso no me mató, pero sí me deprimió mucho, tanto que hasta la fecha no me he vuelto a enamorar, quiero hacerlo, pero me da miedo a que me lastimen de nuevo’’, expresa Sofía (nombre ficticio que pidió para proteger su identidad).
En la adolescencia creemos conocer el amor, no digo que todos los casos se asemejen, pero lo que realmente experimentamos es la “ilusión al amor”. Para conocerlo debemos tener decepciones amorosas, porque es ahí donde aprendemos a conocernos, saber qué nos gusta y que no. Todo es un proceso, pero si vivimos con el miedo, no sabremos cuando llegue la correcta.
“Yo también creo que el tren me va a dejar, pero si mi amor no llega, no puedo hacer nada, qué más da”, cuenta Marcela, de 18 años (nombre ficticio, que pidió para proteger su identidad).
En ocasiones, la desesperación de observar a parejas a tu alrededor, te provoca el deseo de estar con alguien. Hay quienes no necesitan de una pareja para ser feliz, pero quiero enfocarme en aquellas que sienten a su corta edad que seguirán siendo “solterones”. Puedes pensar que el tren te está dejando y el miedo impide que observes ciertos aspectos tuyos que quizás influyan para encontrar a esa persona especial.
A continuación, te comparto algunos consejos que pueden ayudarte a mejorar tu vida amorosa.
No seas negativo:
La negatividad en tu vida puede arruinar muchas cosas y una de ellas es el amor, el creer que no es para ti o que nunca más te volverás a enamorar, hace que te cierres para conocer gente nueva.
No cierres tu corazón:
Lastimosamente luego de sufrir una ruptura amorosa, ya no quieres conocer a nadie más, así que decides no prestarle atención a la gente que te rodea. Mira a tu alrededor siempre, ya que es posible que la persona que te hará feliz esté muy cerca.
No seas exageradamente selectivo:
Ten en cuenta que jamás encontraras a la persona perfecta, ya que la perfección no existe, sin embargo, sí encontrarás a alguien que con sus imperfecciones sea la correcta o indicada para quedarse en tu vida.
No compares tu relación con alguien más:
Debes tener en cuenta que cada relación es DISTINTA, la de tu amiga o amigo no es la misma que la tuya. Si lo haces NUNCA encontrarás paz, el tiempo de uno, no es el tiempo de otro.
El amor no es un cuento de hadas:
Luego de ver una y otra vez esa película, en la cual “vivieron felices para siempre”, anhelas que tu amor llegue en un lindo corsé o que te espera en la esquina de tu casa en la moto para escaparse juntos. En la vida real no llega así; es triste, lo sé, pero considera que ese sentimiento que te venden en la televisión es una ilusión. Tú decides cómo escribir tu propia historia de amor y cada una llega de distinta manera.
“En algún momento de la vida hace falta conocer o estar con alguien”, dijo Julieta, de 20 años (nombre ficticio, que pidió para proteger su identidad).
Todos encontraremos algún día a nuestra pareja ideal, nunca sé es demasiado “viejo” para ello, por el contrario en el camino debes atravesar obstáculos, madurar y ante todo tener amor propio. No te desesperes si ese amor soñado no ha llegado, ten calma, va en camino, pero con una meta predestinada que eres tú.
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