Las mujeres caminaban, todas, con pancartas en mano, cantando las canciones características del movimiento feminista y con pañuelos verdes y morados. Algunas iban con el rostro descubierto y otras con pasamontañas. A su paso por las calles, la gente les tomaba fotos y videos.
Mientras poco a poco las diferentes organizaciones avanzaban, un grupo de mujeres con el rostro tapado y aerosol en mano manifestaban su sentir haciendo pintas en la ciudad. “Viva, viva, que a la vuelta está el policía”, gritaba una, la que cuidaba que ninguna autoridad la viera, mientras que otras dos escribían con aerosol rojo “estado opresor”, en el Monumento a la Paz frente a la Municipalidad.
Así, en varias partes las pintas aparecieron. “Es una forma de expresión, tal vez así nos hacen caso”, dijo una. Iglesias, locales comerciales, puertas, gradas, estaciones de Transmetro y paredes, los mensajes aparecían por todos lados.
Controversia
Las opiniones, al día siguiente de la marcha, fueron divididas. “Se indignan por una pinta en la pared, pero no por los cientos de muertes”, opinaban unos, mientras que otros mostraban su desaprobación opinando que “pintando y dañando las paredes nada se resuelve”.
Mujeres en acción
En medio de dimes y diretes, un grupo de vecinos de diferentes zonas, en su mayoría mujeres, se organizaron para limpiar las pintas causadas durante la marcha del 8 de marzo.
“Somos un grupo de vecinos que venimos a limpiar porque como mujeres no nos gustan estas acciones. Recaudamos fondos entre nosotros para comprar insumos”, declaró Evelyn Paz, de zona la 18.
El grupo estuvo conformado por alrededor de 30 personas, entre mujeres y hombres.
“Estamos en el mes de la mujer, somos vida, somos luz y venimos a construir y no destruir, por eso estamos limpiando hoy para dar el ejemplo”, opinó Gricelda López, residente de la zona 7.
Transeúntes aplaudían la labor de las mujeres. “Yo las felicito porque mientras unas solo pintan, ellas sí están haciendo algo bueno”, comentó Luis Roldán, vecino.