La leyenda se origina en Culiacán, México. Jesús Juárez Mazo, más conocido como Jesús Malverde, les robaba a los ricos y luego repartía el dinero entre los pobres, como Robin Hood.
Malverde había sufrido muchas injusticias durante su infancia, pero con el enojo acumulado optó por un atajo para hacer “obras de caridad”.
¿Cómo surgió todo? Corrían los primeros años del siglo XIX y la fama de Malverde crecía cada día más, al mismo tiempo que la preocupación por parte del Gobierno. Así fue que empezaron a perseguirlo y ofrecieron una recompensa ostentosa a quien pudiera dar con su paradero… Vivo o muerto.
El fin de Malverde y el principio de su leyenda tuvo revuelo el 3 de mayo de 1909, convirtiéndose en un mito.
Mito o realidad
No existe una versión definitiva sobre su muerte. Algunos aseguran que un compañero lo traicionó para cobrar el dinero ofrecido por el Gobierno, mientras que otros rumoran que Malverde fue herido de bala en una persecución policial, que le produjo una gangrena. Consciente de que no podría sobrevivir, soportó mientras pudo antes de pedirle a un amigo que lo entregara a las autoridades para que fuera él quien cobrara la recompensa y luego la repartiera entre los pobres.
“Murió colgado de un mezquite. Acá, a dos cuadras de la capilla y a metros del centro comercial de Culiacán”.
La mayoría cree que “El Bandido Generoso”, como también se le conocía, terminó colgado.
“Malverde sufrió muchas injusticias y además aguantó hambre. Los hacendados lo maltrataban y lo golpeaban, y por eso empezó a robar para darle a la gente que se moría por no tener qué comer. Robaba y luego repartía todo, casa por casa. Un día, cansados de la situación, se juntaron todos los terratenientes y le pidieron al gobernador que lo atrapara. El Gobierno lo colgó… Él murió colgado”, expuso Mario Octavio, encargado de vender recuerdos frente a la capilla.
Actos de milagro
Cerca de un centro comercial, ubicado en el centro de Culiacán, se produjo el primer “milagro” de Malverde.
En la década de 1970, el capo Julio Escalante ordenó matar a su hijo Raymundo porque este había hecho negocios sin su conocimiento. Cuentan que el joven fue baleado y arrojado al mar, y que en su agonía alcanzó a rezarle a Malverde. Fue allí que el “milagro” se produjo y un pescador rescató al joven. Desde ese momento, Raymundo prometió construir un altar para venerarlo.
La capilla, construida hace 39 años, hoy en día es un punto central en la ciudad, donde convergen todas las bondades y miserias de esta región cargada de estigmas.
Velas por todos lados, rincones llenos de plegarias, dólares pegados en las paredes, pañuelos de todos colores, flores, estampitas y agradecimientos en papelitos improvisados, así como placas de mármol, forman parte de la decoración que acompaña al “Santo Malverde”.
En esta capilla han pasado a pedir protección famosos narcotraficantes como Édgar Téllez, César Ortiz, Amado Carrillo y Rafael Caro Quintero, e incluso algunos curiosos aseguran que una madrugada “El Chapo” Guzmán dejó un papelito en agradecimiento a Malverde.
La actriz Verónica Castro también lo visitó en 2010.
No importa en dónde estés: suburbios, rincones de la ciudad, hogares, especialmente en los cruces de la frontera, es habitual ver pequeños altares improvisados con la imagen de Malverde, el “Santo de los Narcos”. Su ayuda no hace distinciones.
Con información de Univisión y Clarín.