Mauricio, de 26 años, es el segundo de tres hermanos. Desde muy pequeño su familia no se explicaba el porqué de su comportamiento, ya que en ocasiones era la persona más feliz que conocían, pero a veces dejaba que la ira lo invadiera.
“Yo creía que mi hermano era como todos los niños, de esos que hacen berrinches para pedir algo, pero hacía cosas que no entendía el porqué. Una vez dijo que no le gustaba cómo le habían cortado el pelo, se encerró en el baño y se pasó la rasuradora de mi papá en la cabeza, dejándose completamente pelón”, expresó Nataly.
Había temporadas para Mauricio que eran muy tranquilas, no peleaba con sus hermanos y ayudaba en lo que podía en la casa, pero en momentos de mucho estrés, él no podía controlar su enojo. “Es muy extraño ver a tu hermano que un día es la persona más feliz del mundo, y al otro día nos maldice y grita por todo”, dijo Andrés.
Su familia creía que lo que presentaba Mauricio eran las famosas “crisis existenciales”, ya que sus cambios en los estados de ánimos fueron más frecuentes cuando empezó la adolescencia. “Le decían a mi mamá que tuviera paciencia, que esto era algo de la edad y que las hormonas eran las responsables del comportamiento de mi hermano”, comentó Nataly.
Cansados del mal humor de él, los padres empezaron a frecuentar a un psicólogo, quien luego de un proceso y varias sesiones determinó que Mauricio padecía de borderline, un trastorno de personalidad.
“El día que nuestros papás nos sentaron y nos dijeron que Mauricio tenía un trastorno, creo que fue como si me estuvieran echando un balde de agua helada. Muchas veces insulté, critiqué y le pegué a mi hermano por sus arranques de ira, pensando que era un desobediente y abusivo con mi mamá y con mi hermana, pero luego de la noticia le pedí perdón. Ahora tratamos de tenerle mucha paciencia en sus días malos”, explicó Andrés.
¿Qué es borderline?
Borderline o trastorno límite de la personalidad (TLP), es una enfermedad que dificulta la estabilidad emocional en las personas. Esto provoca cambios bruscos en los estados de ánimo, genera impulsividad e inestabilidad. Asimismo, existen casos de TLP que se autolesionan o intentan suicidarse.
“Hay días que no entiendo mis emociones, intento controlarme. Sé que he hecho sufrir a mi familia por mis arranques, pero me duele más a mí. A veces me siento el raro y el loco de la casa”, manifestó Mauricio.
Se calcula que el 75 por ciento de las personas diagnosticadas con este tipo de trastorno son mujeres, aunque según investigaciones el porcentaje de hombres podría igualarse también. El borderline es más frecuente en jóvenes adultos y antes de cumplir los 40 años.
¿Cuáles son los síntomas?
Las personas que padecen dicho trastorno pueden presentar estos síntomas:
-Comportamiento suicida y de automutilación.
-Sentimiento de vació interior.
-Inestabilidad en relaciones interpersonales.
-Conductas impulsivas.
-Baja autoestima.
-Depresión e ira inexplicable.
-Trastornos del sueño.
-Esfuerzos frenéticos para evitar ser abandonado.
-Síntomas disociativos.
Las comunicaciones interpersonales de Mauricio no han sido malas, es un joven con muchos amigos y ha tenido varias relaciones sentimentales, aunque puede ser muy exigente o descuidado. “Nosotros somos amigos desde niños y he aprendido a tratarlo mucho antes de saber qué era lo que tenía. Pero sí he visto que toma decisiones muy impulsivas para salir con otras personas, amándolas un día y al otro se aburrió y ya no quiere saber de ellas”, relató Sebastián, amigo de Mauricio desde hace 20 años.
¿Qué lo causa?
Los científicos no conocen las causas exactas del TLP, aunque coinciden que estos factores podrían ser los detonantes para este trastorno:
La genética: no es algo que se ha demostrado directamente, pero sí sugieren que existen fuertes vínculos hereditarios. Las personas que tienen un familiar de primer grado con dicho trastorno son cinco veces más propensas a padecerla.
Factores ambientales: las personas que han sido expuestas a experiencias traumáticas durante su vida, como un abuso físico o sexual, podrían desarrollar este tipo de trastorno.
Función cerebral: esto se puede dar si las parte del cerebro que controlan las emociones y las decisiones no pueden comunicarse bien entre sí.
¿Cómo se puede detectar?
Para poder detectar a una persona con TLP, se debe asistir a varias sesiones y evaluaciones con un profesional de la salud mental; asimismo, se realizan entrevistas con familiares y amigos para poder determinar el diagnóstico. No existe ninguna prueba como tal, pero para ser diagnosticado con borderline, el paciente debe cumplir al menos cinco de los nueve síntomas.
“Se les dificulta relacionarse con los demás, no les gusta estar solos, por eso todo mundo se aleja de ellas por sus impulsos, ira, inestabilidad, entre otros factores. Con tratamiento pueden mejorar y aprender a vivir una vida plena”, resaltó Winnyfred Menéndez, psicóloga clínica de CAPEE.
Siguiendo un plan de tratamiento que incluya sesiones psicoterapeutas, medicamentos para controlar los síntomas y el apoyo de familiares y amigos, las personas con borderline pueden llegar a tener una vida plena.
“Yo tengo borderline, pero he aprendido a controlarlo. Me gusta viajar, salir a fiestas, trabajo y estudio en la universidad. Antes sentía que no tenía vida, ahora vivo al máximo”
*Los nombres son ficticios, para proteger la identidad de las personas.
Fuente: Trastornolimite.com, Mis 15minutos.com, Mente Sana.