Amante de las espumillas y siempre atenta a dar la bienvenida a los visitantes de su casa, así es Maxi, una perrita labradora de cinco años. Su corazón aún parece el de una cachorra, ya que con su carisma ha logrado que muchos niños de Learning Spot Guatemala, una organización sin fines de lucro que brinda terapias de calidad a niños con discapacidad de Guatemala, logren avances en sus terapias acompañándolos y mostrándoles su apoyo.
Entre los planes de Diana no estaba tener nuevamente un perro, ya que por muchos años tuvo uno que al morir le causó mucha tristeza. Sin embargo, su esposo Juan Pablo buscaba completar su pequeña familia, además con el argumento de la terapia asistida con los animales terminó por convencer a su esposa, quien es la actual directora de Learning Spot, de que tener una mascota de compañía era una buena idea para los alumnos.
“Maxi” es una gran adición a nuestro equipo de trabajo porque no solo llena de mucha alegría a nuestros chicos, sino también les enseña el amor y respeto hacia los animales.- Michelle Bran, fisioterapeuta practicante
Después de mucho platicarlo y estar en la búsqueda de un labrador se encontraron con Maxi, una perrita juguetona y a veces irreverente, pero siempre noble hacia las personas. Diana cuenta que de cachorra fue tremenda, se comía todo lo que encontraba e incluso consideraron que por su carácter no podría dar terapia.
Para mí “Maxi” significa un gran apoyo, los niños sonríen al verla y se relajan. Siempre están felices cuando llega y esa convivencia les sirve de motivación y voluntad para realizar muchas de las actividades que trabajamos con ellos. Gaby Díaz, fisioterapeuta
Al investigar encontraron al grupo Together TAA Guatemala, que trabaja con perros de servicio social y así fue como Maxi recibió entrenamiento y logró calmar su carácter hiperactivo. A partir de ese momento, comenzó el camino para esta perrita y aunque no está certificada como un perro de asistencia, ha tenido adiestramiento para estar con niños con discapacidades y su proceso de aprendizaje.
“Tenemos niños que trabajan un circuito en el cual agarran un collar y se lo ponen a Maxi, es la favorita de todos. Cuando les preguntas qué hicieron te cuentan de la dinámica con ella. Esto es suficiente motivador para que los pequeños logren objetivos y olviden sus miedos”, cuenta Diana.
Noble, alegre e incondicional, Maxi, sin duda, roba los corazones de las personas que la conocen al hacer un trabajo social. Aunque falta bastante camino por recorrer, para muchos será siempre una luz y motivación hacer un buen trabajo, además de dejar su granito de arena con los niños que lo necesitan.