En Guatemala, el 1 de noviembre, Día de Todos los Santos y el Día de los Fieles Difuntos, 2 de noviembre, se celebra de una forma muy tradicional. Las familias acuden a los cementerios a visitar a sus seres queridos con flores, altares, comida y música. Además de decorar las tumbas, nichos y mausoleos, muchos contratan mariachis para recordar a sus difuntos.
Los colores, sabores y olores inundan las calles de todos los cementerios del país y el Cementerio General San Lázaro, en Antigua Guatemala, no es la excepción. Desde tempranas horas, familias visitaron el camposanto con arreglos de todo tipo de flores. Entre grandes mausoleos y el toque de las campanas de la pequeña iglesia en el interior, se pueden escuchar las trompetas y guitarras del Mariachi Los Luceros.
Con 40 años de ser músico, Margarito Valle y sus compañeros se han dedicado a alegrar fiestas y celebrar a los difuntos por más de 30 años. La agrupación tiene el mismo tiempo de tocar juntos sin cambios en su alineación. “Para mí es como un deporte, me gusta mucho la música. Es un arte bello”, comentó.
El ambiente es una mezcla de emociones. Tristeza y alegría convergen en una celebración que los guatemaltecos esperan con ansias todo el año. “El ambiente es muy alegre, es una tradición para nosotros”, agregó el músico. Una trompeta, guitarras, acordeón y las poderosas voces de los músicos dedican bellas piezas musicales a los difuntos de los guatemaltecos.
“Para estos eventos, las piezas más pedidas son Amor Eterno y Mi Querido Viejo”, mencionó Margarito. En el repertorio también aparecen canciones tradicionales para mariachi como Mi Querida Madre, Madrecita Querida, Las Golondrinas y La Silla Vacía. Ambos días de noviembre y las fiestas navideñas son las fechas con mayor trabajo para la agrupación, que recorre los distintos sectores del cementerio. “También trabajamos mucho en la capital”, finalizó Margarito.
La visita a los cementerios es de las actividades preferidas para celebrar estas fiestas. Sin embargo, muchos también asisten a ver los barriletes gigantes de Sumpango, Sacatepéquez y a actividades religiosas como la procesión en conmemoración de los fieles difuntos del templo de la Escuela de Cristo en Antigua Guatemala. Todas las formas de celebrar a los seres queridos llevan el toque colorido de las tradiciones guatemaltecas y la unión familiar que caracteriza a los chapines.
Fotos: Elena Gaytán