Si de repente tienes problemas para hablar o comprender lo que te dicen y padeces de un entumecimiento repentino de alguna parte de tu cuerpo, presta atención porque podrías estar sufriendo un accidente cerebrovascular, que de no ser tratado a tiempo suele ser mortal.
Aunque a los accidentes cerebrovasculares también se les conoce como derrame o infarto cerebral, no significa que suceda un derramamiento en tu cabeza, sino que en el 85 por ciento de los casos se refiere a la falta de sangre en el cerebro. Una de las arterias que lleva sangre al mismo se tapa por algún motivo, lo que impide que no llegue, por lo tanto, ese músculo deja de funcionar y empieza a manifestarse con varios síntomas e incluso mostrar daños irreversibles.
Felipe De Los Ríos, neurólogo vascular, explica que el derrame cerebral está asociado al envejecimiento de las arterias y ocurre con más frecuencia a partir de los 50 años. No obstante, cada vez son más los jóvenes que pueden padecerla debido a una predisposición genética o hereditaria. También, a su estilo de vida, ya sea porque sufren del corazón y presentan daños en las arterias derivado de movimientos o golpes bruscos en la cabeza o cuello.
Los principales factores de riesgo de esta enfermedad son la hipertensión, la diabetes, el tabaquismo, el sedentarismo y el colesterol alto. Entre sus síntomas más comunes están:
- Problemas para hablar y comprender lo que me dicen o tener dificultad para comprender el habla.
- Aparece un entumecimiento repentino o parálisis en la cara, los brazos y las piernas, usualmente de un solo lado del cuerpo.
- Sientes un dolor de cabeza intenso y repentino que es acompañado por vómitos y mareos, incluso puedes perder la conciencia.
- La pérdida del equilibrio o los problemas para caminar pueden ser síntomas de alerta.
Para el neurólogo Afshani Mansour, los accidentes cerebrovasculares en las personas jóvenes son muy diferentes que en los mayores. Aunque, siempre existe el riesgo de factores como la presión alta, en los jóvenes hay otros indicadores de riesgo, como la condición de los vasos sanguíneos que no son tan fuertes como los de otra persona de la misma edad; así que actividades como cortarse el pelo, ir a un quiropráctico o incluso toser pueden dañar los vasos sanguíneos y provocar un accidente cerebrovascular.
El cerebro no dura mucho tiempo sin flujo de sangre, por lo que Mansour aconseja poner atención en los indicios y acudas inmediatamente a un médico, ya que existen tratamientos efectivos para revertir el daño, para así evitar alguna discapacidad. No esperes a que desaparezca porque mientras más se tarde en tratarlo, puede ser mortal.
El 80 por ciento del infarto cerebral es prevenible y según De los Ríos, hay mucho que puedes hacer para prevenirlo como monitorear tu presión una vez al año, sobre todo si eres mayor de 30 años. También, asegúrate que tu nivel de azúcar y colesterol estén bien. No fumes porque envejece las arterias y como resultado podrías padecer de un derrame.
Fuentes: Neurólogo vascular, Felipe De Los Ríos, director médico del Centro Integral para accidentes cerebrovasculares, Baptist Health. Neurólogo vascular, Afshani Mansour, Cleveland Clinic Florida.