Salir con alguien con hijos es diferente para cada caso.
Kathy y Jorge tienen 15 meses de noviazgo y aunque conocía a los niños desde antes, fue hasta hace tres meses que convive más con ellos.
“He visto gente para quien ha sido difícil, aunque en mi caso no lo ha sido tanto. Depende de la historia de cada pareja”.
Kathy conoció a los hijos de Jorge, cuando era amiga de él y lo tomó como “la familia de un amigo”. Pero luego, cuando empezaron a salir, no pasaron por el proceso de “te voy a presentar a mis hijos” o “ella es mi pareja”.
Los hijos de Jorge sabían que estaba saliendo con alguien aunque no conocían quién era. Hasta más avanzada la relación les dijo que era Kathy.
“Fue importante tener claro, tanto para mí, como Jorge y sus hijos, que yo no iba a ser su mamá”, dice Kathy.
Al principio Kathy cuenta que tomó distancia para no interferir en el tiempo padre e hijos y así no estar en todos los espacios.
Y Kathy cuenta una experiencia: “Un día, de los nenes surgió la idea de juntarse con una amiga que tenemos en común para jugar juegos de mesa y quedarse a dormir. Jorge me dijo que sí quería ir, pero yo dije que no, porque no fue planificado por nosotros ni habíamos invitado a los niños, sino fue algo de sus hijos y no creía fuera divertido para ellos que yo llegara sin que me hubieran incluido en el plan”.
“Jorge y la mamá de los nenes se dividen los fines de semana para estar con sus hijos. Y cuando sé que van a estar con él trato de no llamarlo mucho o no hacer planes ese día para que la pasen solo con su papá”.
“No tengo gran relación con los hijos de Jorge. Sí hay cordialidad, pero solo es eso. Son dos niños de 9 y 12 años; no son pequeños, ni adolescentes y es una edad complicada. Si fueran chiquitos sería más fácil porque tal vez se encariñarían o si fueran más grandes podríamos platicar de más cosas.
“Imagino que si fueran niñas tal vez sería diferente”, dice Kathy riéndose, “o sería de odio total o nos identificaríamos más”.
“Un día Jorge tenía una actividad y me iba a ofrecer a llevarlos al lugar. Pero me quedé pensando que no son patojos de 15 o 16 años a quienes les doy jalón porque no manejan. Son niños a quienes hay que cuidar y ver qué van a comer, etc. Pero en un par de años eso podría cambiar”.
“Para mí fue bueno tomar ese espacio y esperar a que ellos se quisieran acercar. Y últimamente hemos pasado tiempo los cuatro. Porque sin forzarlos, ellos preguntan si yo voy a llegar a la casa. O si vamos a algún lugar, asegurarse que para ellos está bien que yo también los acompañe”.
Kathy dice que lo más difícil ha sido saber sobre qué sí opinar y sobre qué no. Porque inicialmente había decidido no opinar y sobre los niños menos. Pero, José en ocasiones ha pedido su opinión y ella no ha querido invadir espacios que no le corresponden.
“Respecto a otras relaciones nos ha pasado que, siendo maestra y él padre de familia, compartimos ese ambiente con perspectivas diferentes sobre muchas cosas”.
La mamá de los niños
Kathy comenta, respecto a la relación, teniendo en cuenta que está la mamá de los nenes: “He visto que hay personas que dicen: Si vas a salir con tu pareja no te doy a los niños“, pero en mi caso no ha sido así. “Ella no se mete porque sabe que es el tiempo de Jorge con sus hijos y decide si lo comparte con ellos y sus amigos, su pareja, su familia o como quiera. Tampoco lo ha puesto a él o a mí en mal con los niños. Aunque reconozco que es un problema frecuente en otras familias, cada relación es distinta.
Tiempo en pareja
Como los niños viven con Jorge, en ocasiones cosas como ver una película se vuelve un plan organizado para que Kathy llegue cuando ellos no están. No digamos quedarse a dormir.
Esta es la experiencia de Kathy, pero hay muchas otras, diversas y a su manera. ¿Tú saldrías con alguien que tiene hijos?