La pandemia ha afectado a diferentes sectores de la economía de Guatemala. El COVID-19 ha provocado que negocios con mucho contacto físico o que suelen aglomerar personas nunca vuelvan a operar igual. Este es el caso de los gimnasios y que dentro del nuevo sistema de alertas de semáforo infectológico del Gobierno de Guatemala, los coloca entre las últimas empresas o áreas que podrán abrir.
Estos negocios deben esperar a que la alerta del municipio donde operan cambie al color naranja para volver a recibir a sus clientes, con un aforo restringido para que cada visitante tenga, al menos, 4 metros cuadrados de distancia del resto.
Diego Santizo, gerente de Operaciones Go Fit y Smart Fit Guatemala, comentó: “Ha sido muy duro. En algunos países es más duro que en otros. Guatemala ha sido de los países con más restricciones que se han puesto y de los primeros que nos hicieron cerrar”. Asimila que el golpe económico que provocó la pandemia no se ha restringido solo a los gimnasios, sino que a todos los que se dedican al deporte o al fitness como las clases de karate o baile.
Sin embargo, en otros países, la situación de este tipo de negocios ha sido diferente. “En Estados Unidos no se vio a los gimnasios como un posible culpable de más contagios, sino como una solución. De hecho, fueron parte de los primeros sectores empresariales que comenzaron a operar de nuevo. El ejercicio fortalece el sistema inmunológico, en estos meses se degrada nuestro estado físico y las defensas bajan. Fuera del grupo de riesgo, es muy importante que las personas sigan ejercitándose para fortalecer su sistema inmune”, afirmó Santizo.
Pero, más allá de lo que representan los contagios, el empleo de muchas personas se ha visto comprometido. “Nuestra razón de ser de Smart Fit es fitness de alta calidad para todos. Esta misma misión se afectó cuando cerramos. Lo que hicimos fue lanzar una plataforma en línea que se llama Entrena en Casa. Logramos colocar 150 entrenamientos pregrabados para bajar de peso, tonificar, yoga o estiramientos”, recordó Santizo de las primeras acciones de la empresa de gimnasios al inicio de la cuarentena.
“Nosotros nos concentramos en que esta plataforma sea gratis. Otros gimnasios imparten clases por Zoom cobrado, pero nuestra intención no fue generar ingresos, sino que la gente se mantuviera activa. Pero, los meses pasaban y no se había encontrado solución a la pandemia y nunca esperamos vernos en esta posición donde la industria se ve muy amenazada con el tema económico”, comentó Santizo.
Para empezar a funcionar lo más pronto posible, con las medidas necesarias para cuidar de la salud de todos los involucrados en los gimnasios y de sus clientes, formaron una gremial de fitness en la Cámara de la Industria para implementar los mejores protocolos y revisar estrategias para sobrepasar este golpe económico. “Ninguno de nosotros hemos dejado de tener gastos. Aunque gran parte del personal está suspendido, también hay una gran parte que aún trabaja”. En Smart Fit, hasta un 90 por ciento del personal se encuentra suspendido al no poder generar un ingreso. Santizo agregó que al iniciar la cuarentena, se luchó para tratar de mantener el sueldo de todos los colaboradores, pero que al tener los negocios cerrados podía provocar el fin de la cadena de gimnasios en Guatemala.
Las nuevas medidas para visitar el gimnasio
Tras revisar las mejores formas de mantener un área libre de COVID-19 en los gimnasios, Santizo afirmó que las medidas planteadas por Smart Fit son más estrictas que las propuestas por el Gobierno de Guatemala. Por otro lado, el estudio, implementación de protocolos y capacitación se ha realizado desde hace tres meses. “En Smart Fit tenemos preparado un sistema de citas, donde podrán las personas reservar el horario que quieran entrenar, para que puedan tener el espacio y las instalaciones sin peligro de contagio con aglomeraciones”, aclaró.
Entre las medidas se encuentra un control de aforo para poder mantener la sana distancia entre los visitantes. También existen un nuevo control de temperaturas y síntomas antes de entrar a las instalaciones, donde se preguntará antes si se han presentado malestares de cualquier índole y evitar permitir el ingreso del virus. Todas las máquinas fueron distanciadas una de la otra y se deshabilitaron aquellas que no cumplían con la capacidad de ser trasladadas para mantener el distanciamiento o cumplir con las medidas de higiene.
Para los empleados de Smart Fit también deben pasar con todos los controles de temperatura y síntomas. Las áreas comunes para los trabajadores ahora restringen a solo una persona a la vez para no colocar en riesgo de contagio durante la hora de almuerzo o en descansos. A cada empleado se les da periódicamente mascarillas.
En cuanto al entrenamiento que necesitan las personas, Santizo argumentó: “Fuimos un paso más allá como Smart Fit, porque implementamos un protocolo de entrenamiento, debido a que las personas ya no podrán entrenar como lo hacía antes, porque la mayoría no ha hecho ejercicio durante 5 meses, por lo que tendrán que bajar de nivel de rendimiento. El uso de mascarilla impide ciertos ejercicios o algunos pueden crear una ventana que pudiera permitir un fallo muscular, que facilita el contagio de virus. Tenemos 100 rutinas que están enfocadas en diferentes niveles, perfiles y objetivos, para poder fortalecer tu sistema inmunológico para ser más fuerte contra el virus”.