La revista del Vaticano Mujer, Iglesia, Mundo, distribuida por el periódico L’Osservatore Romano, denunció los abusos sexuales a las monjas por parte de los sacerdotes. También, el escándalo de las religiosas que abortan o dan a luz a niños que no son reconocidos por sus padres.
En la edición mensual se citaron las palabras del Papa Francisco sobre los abusos, en el cual se escribió que las religiosas han sido silenciadas durante años por temor a represalias contra ellas o sus órdenes si denuncian a los curas que las violaron.
El año pasado, la Asociación Internacional de Órdenes Religiosas de mujeres instó a las hermanas a denunciar los abusos a la policía y sus superiores. Un importante rompimiento del silencio que ha mantenido en secreto el problema.
La editora de la revista, Lucetta Scaraffia, escribió en el artículo: “La Iglesia sigue cerrando los ojos ante el escándalo, empeorado aún más por el hecho de que el abuso provoca la procreación y, por lo tanto, está en el origen de los abortos forzados y los niños que no son reconocidos por los sacerdotes”. Agrega que la condición de opresión de las mujeres en la Iglesia nunca cambiará.
El tema ha estado en tendencia, después de que una monja en India presentó un informe policial, en el cual acusó de violación al obispo de la Diócesis de Jalandhar, en Punjab, Franco Mulakkal. En su denuncia, la religiosa sostuvo que él la convocó para discutir “cuestiones importantes” (2014) y que en ese momento y en los dos años sucesivos abusó de ella aproximadamente 14 veces.
El 14 de agosto de 2018, Mulakkal fue interrogado por un equipo especial de la Policía de Kerala, donde el obispo se declaró inocente y solicitó al Pontífice un cese de funciones, mismo que fue aceptado.
Según el artículo, en 1990 se presentaron informes de las religiosas a funcionarios del Vaticano, acerca de los abusos sexuales a las monjas por parte de sacerdotes en África, donde se les consideraba parejas “seguras” en medio de la crisis del VIH.
Las religiosas del mundo han empezado a denunciar los abusos que sufren como parte de un reclamo general de mayor poder para las mujeres en la Iglesia, una derivación de la campaña #MeToo.
“Los sacerdotes, aún más los obispos, tienen un gran poder no solo sobre una monja, sino también en toda la congregación”, dijo Scaraffia. “Entonces, si una religiosa maltratada acude a su superior general y comenta que ha sido abusada, se le dirá: Cállate, porque si no lo haces, este obispo se volverá contra nosotros”.
Y ¿Guatemala?
Sor Inés González dice: “La iglesia necesita cambios urgentes en su estructura, más trabajo en cuanto a equidad de género se refiere y con eso no me refiero al sacerdocio en las mujeres, sino en hacer valer nuestros derechos. No es solo de reconocer el delito o el pecado, es hacer algo para que no se repita”.
“Entré al seminario cuando tenía 17 años, y lo hice por amor a Dios. Gracias a Dios nunca he pasado por una situación de esas y siempre les digo a las novicias y hermanas que ante estas situaciones no debemos tener miedo y denunciar, así como Jesús lo hacía. No debemos olvidar que la justicia es para todos”, explica.
El Papa Francisco, en su vuelo de vuelta de Emiratos Árabes Unidos, dice que este problema se da en todas partes. El Vaticano asegura que varios clérigos han sido apartados por este motivo. El Pontífice se comprometió a hacer más para combatir dicho problema.
Fuentes: AP, Los Angeles Times.