La organización que ha disminuido la tristeza de muchos guatemaltecos con discapacidad imagen

Cuando varias almas generosas se reúnen, ablandan la tristeza de muchos corazones. Esta es la historia de Hope Haven.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Once años de aporte 

Varias historias, un factor en común: escasos recursos que les impiden acceder a una silla de ruedas. Este es el caso de muchos guatemaltecos con discapacidades, que no han tenido la oportunidad de contar con las herramientas para mejorar su estado de físico actual.

Los Ministerios Internacionales de Hope Haven se percataron de la situación y decidieron hacer algo al respecto. En 2008 establecieron Refugio de Esperanza, un sitio ubicado en Antigua Guatemala. Esta organización busca desarrollar oportunidades para mejorar la posición económica, el bienestar social y la independencia de las personas con discapacidad en todo el mundo.

Hope Haven trabaja en estrecha colaboración con organizaciones de ayuda y desarrollo, grupos misioneros e individuos en varios países para entregar sillas de ruedas a personas que lo necesitan desesperadamente.

Todos los empleados son capacitados con frecuencia para que puedan operar la maquinaria con tecnología de asistencia de la mejor manera. También, reciben formación sobre el proceso de fabricación para construir Kid Chair, las sillas que le permiten a muchas personas con discapacidad, adaptarse a un estilo de vida más cómodo.

Asimismo, educan a las familias de las personas beneficiadas, a cómo tratar las úlceras por presión, las infecciones del tracto urinario, las técnicas de transferencia adecuadas, etc. Las sillas de ruedas no solamente se distribuyen en Guatemala, sino en toda Centroamérica.

La historia de Andrés

Desde antes de nacer, a Andrés le diagnosticaron inicialmente espina bífida, hidrocefalia y paraplejia. Varias fueron las operaciones que le realizaron cuando era bebé, las mismas que le permitieron tener una mejor calidad de vida. Sin embargo, sus problemas de movilidad continuaron.

Al cumplir dos años, Andrés recibió su primera silla de ruedas gracias a Hope Haven Guatemala. Esto le permitió asistir a la escuela y experimentar una infancia casi normal, al lado de su familia, amigos y compañeros.

Más allá

Actualmente, Andrés cursa el tercer año y a pesar de sus problemas de salud, nunca se ha atrasado o ha perdido algún curso. Además, es amante de los deportes y ya se ha establecido como meta ser abogado en el futuro. ¡Nada lo detiene, siempre sonríe!

Esta es una de tantas historias de personas que han sido beneficiadas con Hope Haven. Aunque en su momento todos se enfrentaron al sentimiento de impotencia por su discapacidad, con el tiempo se han sentido más fuertes, seguros y decididos a lograr aquello que desde niños trazaron en su mente.

Aunque su vida cambió en ese instante tan difícil, ahora tiene la oportunidad de brillar más. 

Fuente: Hope Haven

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