Catalina Contreras es abogada y está casada con Mario, con quien procreó tres hijos. Aparte de dedicarse a su hogar y profesión también cuida a su mamá, debido a que uno de sus hermanos, quien la cuidaba se fue a estudiar al extranjero.
Rut gozaba de perfecta salud, una mujer fuerte, que todas las mañanas caminaba con sus amigas de la colonia, pero con el tiempo olvidó lugares o nombres. Al principio no recordaba detalles de su niñez, cómo vivió su juventud y después hasta su nombre y el de su esposo.
Catalina estaba preocupada por su madre, por lo que la llevó con el doctor y la noticia que le dieron causó un gran dolor en la familia. En los exámenes diagnosticaron lo que ya temían todos. El resultado fue que padecía Alzheimer. Estaba devastada, pues aunque ya sospechaba, siempre el impacto de saberlo fue difícil.
Hay momentos en los cuales Rut olvida todo, también tiene unos muy lúcidos, en los que recuerda hasta la ropa que usaba cuando tenía 7 años.
Pero, algo preocupó más a Catalina, porque hace seis meses, Rut empezó a salirse de la casa, al principio caminaba unas calles y regresaba. Eso no le preocupó porque su mamá estaba acostumbrada y siempre volvía.
Una vez que su madre salió, tardó en regresar y Catalina se preocupó. Así que cambió el registro de su casa y decidió que ya no podría salir, para no correr el riesgo de que se perdiera.
Hace un mes, Rut encontró las llaves de la casa y se salió, su hija al ver que no estaba la buscó cerca de su casa, pero no la encontraron. Pasaron las horas y en las redes sociales publicaron sus fotos para localizarla. La ubicaron aproximadamente ocho horas después.
Rut se ha salido tres veces de su casa, en dos ocasiones los vecinos la encontraron caminando cerca y la llevaron de regreso. En otra oportunidad, los bomberos la localizaron y ella solo recordaba su nombre, pero no dónde vivía, tampoco su número de teléfono. Sin embargo, por redes sociales muchos se dieron cuenta que su familia la buscaba.
Las situaciones se han complicado para Catalina porque su madre ya ni la recuerda y los problemas son cada vez más frecuentes. Rut ya no quiere bañarse y su hija debe convencerla. Ella ama a su mamá, pero reconoce que es difícil cuando un ser querido tiene esa enfermedad.
“Yo la amo, pero hay momentos que mis fuerzas ya no dan, que me canso y solo le pido a Dios que me ayude, porque no quiero que se sienta mal o tratarla inadecuadamente. A veces me desespero, sin embargo recuerdo todo lo que mi mamá ha hecho por mí y eso me da la fuerza”.
Durante una semana, según los cuerpos de socorro, se localizan por lo menos cinco personas, con problemas mentales y que se salen de sus casas. Indican que ayuda mucho que se publique, en las redes sociales, información de personas desaparecidas, porque eso colabora a ubicarlos más rápido.