¿Quién dijo que la edad era obstáculo para seguir aprendiendo? Pues este no es el caso de Doña Flory de Bolaños, la abuelita maestra con 73 años de edad y con más de 25 años de carrera como profesora de estudios bíblicos. Esto se refiere al estudio de la palabra de Dios y de la Biblia, conocer más lo que significa cada palabra, versículo o fragmento para enseñar a sus alumnos.
Durante su carrera, también ha dado clases a grupos de damas a quienes recibía en su casa, así como a la escuela dominical de su iglesia. También, impartía clases en el Instituto bíblico Emmanuel, de Chimaltenango, en Seteca, con el Ministerio El Gozo de Servir, además de dar conferencias y capacitar a más maestros en el Ministerio de enseñanza.
La literatura siempre fue parte de su vida
Desde muy pequeña, a doña Flory le gustaba la lectura y cada vez que le surgían dudas le preguntaba a sus maestros o padres, incluso recibió un diccionario para aprender más palabras. Además, tomaba su lápiz y en una hoja de papel escribía poesía. Años después, en su rol de mamá y esposa, formó un grupo con su esposo Genaro Bolaños, en donde hablaban de la palabra de Dios y que hasta la fecha siguen. Un día, estaba barriendo su casa y en la radio pasaron un spot en el que anunciaban clases con el Ministerio El Gozo de Servir en Seteca, ubicado en zona 3, de la ciudad capital. Al escucharlo, sin dudarlo, abordó un bus y se dirigió al lugar para inscribirse, así fue como años después pasó de alumna a convertirse a maestra.
El COVID-19 la obligó a adaptarse a las videollamadas para continuar con sus clases, pero eso no fue problema para ella.
Al principio, como todos alguna vez, doña Flory tenía miedo al cambio, ya que no sabía mucho sobre el tema de las videollamadas, ni mucho menos cómo continuar con sus clases por esta vía y al igual que ella, sus alumnas también temían continuar.
“Ha sido un reto grande, ya que no sabía cómo hacerlo, ha sido una oportunidad de aprendizaje y sigo haciéndolo”, cuenta doña Flory.
Esta nueva forma de enseñanza, le ha dado a doña Flory la oportunidad de abrir una nueva ventana virtual al mundo para llegar a muchos lugares con sus enseñanzas, para cumplir así los propósitos que Dios le ha dado, expresa. Entre tantos alumnos a los que enseña, también hay mamás, esto le da más gratitud a sus enseñanzas, porque detrás de cada una hay una familia donde ella puede practicar lo aprendido. También, esto le ha servido como oportunidad para tener clases con su familia, “es importante para mí que mis familiares también conozcan la palabra de Dios”, relata.
“Esta forma de estudiar es bastante cómoda, porque lo recibimos desde nuestro hogar y las alumnas se conectan. Además, pueden escuchar audios que envío cuando ellas lo deseen o tengan tiempo”. Doña Flory
Sheyla Bolaños de Hernández, hija de doña Flory, dice que verla trabajar en lo que más le gusta, siempre es un orgullo, admiración y respeto, pero que ahora mirarla además superando los retos de la tecnología a su edad, la inspira y alienta a seguir dando el corazón en su profesión que al igual que ella es la docencia. “Felicidades a mi mami en el Día del Maestro, que sí sabe ser maestra con pasión”, finaliza.