Cada 15 de enero las calles de Esquipulas se llenan de colores y fervor. En esta fecha se celebra la fiesta patronal del lugar, en donde peregrinos de Guatemala, Honduras, El Salvador y de distintos países centroamericanos esperan su turno para venerar al Cristo Negro de Esquipulas.
Se cuenta que esta tradición da origen con la llegada de la imagen del Cristo Negro a Esquipulas, el 9 de marzo de 1595, la cual fue esculpida por el portugués Quirio Cataño. Esto motivó que se corriera la voz por toda Guatemala, sobre una imagen de Jesucristo Crucificado de color oscuro y que era milagrosa; desde entonces, la peregrinación hacia la Basílica de Esquipulas se ha efectuado por más de 400 años.
A partir del siglo XVII se le conoce como el “Milagroso Crucifijo que se venera en el pueblo llamado Esquipulas” o “Milagroso Señor de Esquipulas”. El Papa Juan XXIII, a petición del arzobispo, monseñor Mariano Roseell y Arellano en Guatemala, elevó en 1961 el Santuario de Esquipulas a la Dignidad de Basílica.
Los devotos que llegan al lugar realizan de rodillas el recorrido hasta la Basílica. Y un día antes, a la medianoche del 14 de enero, las campanas suenan anunciando el día festivo. Se efectúan distintas actividades, como ceremonias mayas y bailes folclóricos, e instala una feria en las cercanías del lugar, en donde se pueden degustar dulces y platillos típicos.
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En 2016, las romerías a Esquipulas fueron nombradas como Patrimonio Cultural Intangible de la Nación, siendo esta una de las celebraciones más grandes que se realiza en Centroamérica, dando a conocer a Esquipulas como la Capital Centroamericana de la Fe.
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Fuente: Esquipulas