En Guatemala existen lugares hermosos, llenos de bosques y animales; donde visitarlos es toda una aventura y a los que lo hacen, les dejan lindos recuerdos de extraordinarios paisajes.
Para Esteban Matías, de 30 años, no basta solo con visitarlos porque él se dedica a uno de los trabajos más bellos y satisfactorios del país.
Comunitario de Todos Santos, Cuchumatán, Huehuetenango, inició trabajando de fotógrafo. Se dedicaba a capturar los mejores momentos en fiestas de 15 años, bodas y actividades culturales.
Como parte de su labor, Matías también se dedicaba a tomar fotos de la naturaleza, actividad que le gusta y que aprovecha en su trabajo actual para promocionar lugares turísticos del departamento.
El guía
En 2004 se declaró el área protegida como Parque Regional Municipal de Todos Santos. Desde su declaratoria se vio que tenían varios sitios turísticos, por lo que se generó la importancia de dar un servicio local.
El objetivo era que las personas de sus alrededores y turistas que llegaran supieran más de los recursos naturales y la cultura de Todos Santos.
Por ello, la historia de Matías inició hace seis años guiando a los turistas, a través del acercamiento que tuvo con el Instituto Guatemalteco de Turismo (INGUAT) y el Instituto Técnico de Capacitación y Productividad (INTECAP), donde se certificaron ocho guías comunitarios.
Desde entonces trabaja como guía de turismo local de Todos Santos. También forma parte del equipo del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP), que vela por la protección de las áreas naturales en el país.
Matías y el resto de guías se especializan en los lugares turísticos de Huehuetenango. Algunos de los sitios son las lagunas de Maxbal, Candelarias (Cenotes) y Magdalena.
Además, es guía en El Cimarrón, el Mirador Juan Diéguez Olaverri y las ruinas de Zaculeu.
Según Matías, en el año hay tres épocas de visitas: “Los guatemaltecos llegan a estos lugares en marzo o abril, cuando cae la Semana Santa y también en fin de año. Internacionalmente visitan de junio a agosto”.
Un trabajo arduo
Luego de pasar las noches con su esposa y sus tres hijos, Matías se levanta temprano para ir a trabajar. Largas caminatas, fuertes fríos, el calor del sol, lluvia y entre el lodo, son algunos de los ambientes en los que labora.
Además de guiar a los visitantes, también es parte de quienes cuidan los bosques y las áreas protegidas. “Nos turnamos en las noches para cuidar las áreas; en Puerta del Cielo, el mayor cuidado es por la tala de pinabetes y recolección de musgo ilegal”, afirma Matías.
“Estamos organizados con las autoridades locales, organizaciones municipalidades, guardabosques, la Policía Nacional Civil y el CONAP”, señala Matías.
Según Matías, si ven a alguien que esté talando o recolectando musgo en el área, lo detienen y llaman a las autoridades. Esto se hace para cuidar el ecosistema del lugar, debido a que en el sitio hay mucha fauna que depende de ellos.
Matías trabaja entre una gran variedad de árboles y animales como el venado de cola blanca, gato de monte, coyote, zorrillo, ardías y conejos, lo cuales se pueden ver cuando se explora en solitario.
Definitivamente es uno de los trabajos más bellos, no solo por los paisajes que se ven a diario, sino también por la aportación que se da para cuidar la naturaleza guatemalteca.