Una noche de fiesta, una discoteca y un trago. El estudiante de la UNIS se le aproximó, y dado su magnífico porte, le preguntó: ¿te gustaría ser mi modelo? Kiefer, un gay de 29 años, no dudó en responder.
“Siempre tuve el apoyo de mi familia sobre mi homosexualidad, esa es una de las razones por las cuales puedo decirlo abiertamente, sin miedo”.
Como le sucede a muchos, el modelo siempre ha tenido que lidiar con personas que dicen comentarios ofensivos hacia él, de trolls, que lo único que quieren es verlo caer. Gracias a su autoestima, Kiefer solamente los ignora y ha aprendido con el paso del tiempo, que personas así, no valen la pena mencionarlos o discutir con ellos.
A Kiefer García siempre le había llamado la atención ser modelo, pero nunca supo cómo empezar.
“Siempre era todo por contactos, es difícil lograr que alguien pueda jalarme si no es por cuello porque lamentablemente, así se maneja la mayoría de personas”, indicó el joven.
El problema no era el modelaje, sino que en la mayoría de ocasiones, Kiefer modelaba haciendo “colaboración”. Sí, me refiero a que no había ningún pago. “Muchas veces nos dicen que nos van a mencionar en sus fotografías y que ganaremos seguidores y mucha gente es lo único que busca”, señaló el modelo.
Y ese es uno de los grandes defectos de Guatemala, por eso muchas personas se van del país para triunfar en algo que aquí no se apoya en lo más mínimo, como el modelaje o la fotografía.
“Me he topado con muchos modelos cuando he sido seleccionado por algunos fotógrafos. Lo más chistoso es que la mayoría son extranjeros y pocos los guatemaltecos”, comentó el cosplayer.
Vivimos constantemente bajo estereotipos: si eres alto, blanco, de ojos claros y con rasgos finos, claro, puede ser modelo; si eres moreno, gordo y bajo de estatura, olvídate de ello. Así se maneja hoy y es parte también de la discriminación, puesto que la belleza es subjetiva.
El joven de 29 años también tuvo la oportunidad de participar en los Fashion Shows de revista Amiga y ser modelo del diseñador guatemalteco Manuel de la Cruz.
La vida de modelo no es siempre color de rosa como nos lo pintan en la publicidad. “Lo malo de esto es que debes caerle bien a todo el mundo, aunque te caigan mal porque si no te traga, eso implica que la voz se va a correr y no van a quererte en otros lugares como modelo, eso también aplica en este campo”, señaló el joven.
El mundo del cosplay
En el 2010 le dio rienda suelta a su hobby por hacer cosplay.
“Lo curioso fue que siempre me llamó la atención hacerlos, pero no sabía que en Guatemala organizaban convenciones, por lo mismo que mucha gente es muy cerrada de la mente”, indicó Kiefer.
La mayoría de cosplay que Kiefer hace generalmente es genderbend, que son versiones masculinas de personajes femeninos. Por el tipo de cosplay, las fotos que se suben a Internet, modelando el traje, genera muchas críticas negativas, incluyendo ofensas por su orientación sexual, las cuales siempre han sido duras.
Él piensa su cosplay; consigue la tela para el traje, la peluca, los lentes de contacto y el maquillaje, gasta dinero que no recuperará. Lo más que ha invertido fue alrededor de Q2 mil.
“He tenido la oportunidad de viajar a países como invitado en convenciones: Colombia, Honduras, El Salvador y a México”.