A sus 34 años, Eliza Babarczy, junto a Itza Wood ayuda al desarrollo de Petén, por medio de los enseres de madera.
Eliza culminó sus estudios en Estados Unidos y vivía cómodamente, pero su deseo de ayudar a Petén provocó que regresara a sus raíces. “Siempre he querido trabajar en algo con impacto social y ambiental. Mis papás tienen una ONG, entonces desde pequeña he estado involucrada en el trabajo”. “Estaba viviendo en el extranjero, después de graduarme de la universidad y me quedé laborando”.
Al poco tiempo, Babarczy emprende su retorno y San Andrés se beneficia. “Llegó un momento en que estaba buscando un reto nuevo en el trabajo y cambiar de empresa. Estaba abierta a un cambio y todo se alineó para regresar a Guatemala y empezar una empresa con enfoque ‘triple bottom line‘. “Amo Petén, desde pequeña he pasado mucho tiempo aquí, ya que parte del trabajo de mis papás está en San Andrés”.
Uno de los recursos naturales en Petén son las maderas preciosas, vimos mucho potencial con el talento artesano del área.
Una idea que generó cambios a los jóvenes de la comunidad. “La idea original es de mis papás, muchos estudiantes al graduarse no encuentran oportunidades de trabajo y sienten que deben irse del área para conseguirlo”. “Ellos vieron la necesidad de crear más oportunidades laborales”.
Recursos naturales que ayudan a la comunidad. “Itza Wood es una empresa social, en San Andrés, Petén, que fabrica muebles y accesorios de hogar hechos a mano, de forma sostenible, que utiliza maderas tropicales de Petén”.
Cada pieza es una expresión única de la selva guatemalteca y un testamento de la belleza y biodiversidad del bosque.
“Los recursos naturales los usamos para crear más oportunidades de trabajo conectándolos con un mercado extranjero”. “Me identifico como puente, conectando lugares remotos y su talento con el resto del mundo”.
Algún día en Europa y Asia van a saber qué significa Itza y dónde está San Andrés, Petén en el mapa.
Eliza Babarczy más allá de ser una empresaria, su amor por su pueblo es más grande que el dinero. “Mi propósito es ayudar más allá del dinero”. “San Andrés me ayuda a mí más de lo que yo le ayudo, porque me da una vida en un lugar bello, tranquilo, rodeado de naturaleza y la comunidad está llena de personas bellas”.
“Estamos aliados con The Jungle School, en San Andrés, con casi 400 estudiantes nuestro objetivo como empresa es apoyar la educación local y proveer oportunidad de empleo a graduados que desean quedarse trabajando en su entorno”.
Un pedazo de madera que lleva una historia en cada talle. “Nos enfocamos en la creatividad, cómo usar algo que otro ve sin valor, además de convertirlo por medio del diseño y creatividad en especial, útil y duradero”. “Diseñamos pensando en cómo usar cada pedacito de madera y así darle vida al árbol”.
La deforestación y tala ilegal es un factor que afecta negativamente a nuestra selva. “Los árboles son vida y nos entristece observar cómo se ha deforestado este recurso tan valioso. Somos muy conscientes de nuestro uso de madera y de qué fuentes lo estamos comprando, ya que adquirimos madera certificada FSC”.
Antes de comenzar la empresa sembramos 45 mil árboles.
Piezas de enseres que llevan mucho amor. “Comenzamos con accesorios de hogar y sobremesa, son objetos pequeños, por lo cual podemos utilizar los cortos y madera que los aserraderos no exportan. La madera es material renovable, entonces si se trabaja de forma responsable es sostenible, la clave es no ser abusivo con la naturaleza y respetarlo”.
Creamos en nuestra comunidad el crecimiento en la economía local.
“Si las familias tienen trabajo seguro invierten más en salud y la educación de sus hijos. Sabemos que la educación es el fundamento del buen desarrollo”.
San Andrés es una comunidad que tiene mucho para dar. “Tenemos planes de seguir reforestando y comprar madera de fuentes sostenibles”. “Nuestra prioridad es desarrollar y que todos tengan oportunidades de crecimiento”, relata Eliza.