El Pico de Orizaba es un volcán ubicado entre los estados mexicanos de Veracruz y Puebla. Posee un cono formado por erupciones explosivas y está catalogado como el más alto de México y Norteamérica, con más de 5 mil 500 metros sobre el nivel del mar. Desde 1998, se han registrado más de 50 accidentes en el área y, en muchos casos, se ha cerrado temporalmente el acceso en algunas zonas que presentan riesgos como la cristalización de glaciares. Esto parecería un riesgo para muchos, sin embargo, 4 guatemaltecos han decidido emprender la aventura y llegar a la cima del Citlaltépetl.
Se trata de Kevin Ávila, Óscar Granera, Erick López e Iván López. Cuenta el último montañista que él y su hermano Erick llevan 2 años unidos por la pasión de escalar montañas. “Desde pequeños nos llamó la atención este mundo, pues mi abuelo también era montañista y subió muchas cumbres importante en Chile, México y Guatemala. Iniciamos escalando y con el tiempo se nos unieron Kevin y Óscar, con quienes compartíamos la pasión por otros deportes como la bicicleta, que hoy lo practicamos para mejorar nuestras condiciones físicas y estar listos para retos importantes. Para nosotros, tener la oportunidad de subir el Pico de Orizaba es un sueño hecho realidad”.
Sin embargo, el equipo necesario para subir este estratovolcán es costoso. De momento, Iván necesita apoyo para adquirir la vestimenta adecuada que incluye pantalones de trekking o hiking y las lycras que funcionan como capas interiores. Además, 1 playera dry fit, 2 sudaderas abrigadoras sintéticas y 3 rompevientos impermeables. “También estamos en búsqueda de algún patrocinador que desee prestarnos alguna cámara como una GoPro para fotografiar los paisajes, pues de momento no contamos con ese aliado que nos permita compartir con el mundo, las maravillas de la naturaleza”.
El pico de Orizaba se mantiene entre 0 y -3 grados y, por si fuera poco, es un área donde se producen muchas precipitaciones, pues es uno de los tres volcanes mexicanos que cuentan con la presencia de glaciares. “Para nosotros es una vivencia nueva, creo que las personas como nosotros a las que les gusta explorar el planeta y vivir su adrenalina, es algo inexplicable. No podemos negar que estamos nerviosos, pero motivados y hemos entrenado bastante y logramos varias rutas que no habíamos conseguido antes”.
Algo muy importante para Iván, sobre la pasión del montañismo es “poder admirar la grandeza del mundo, de lo que Dios nos ha regalado. Después de 10-12 horas caminando hacia arriba, con las botas empapadas y tu mente repitiéndote que no puedes más, es muy importante recordar que tenemos ese regalo y que el esfuerzo es recompensado con una vista maravillosa. El frío que hay arriba te recuerda que el mundo es más grande y poderoso de lo que imaginas, te das cuenta de lo agradecido que debes estar con la vida. Para mí, el montañismo es hacer tributo a la grandeza del planeta”.