La fiebre del mundial empapó a propios y extraños. Era común ver a las personas correr tras las vitrinas buscando la talla adecuada, el diseño oficial, aquella que los representara y los distinguiera como auténticos seguidores de esos equipos a quienes le apostaron todo.
Pero tras la fase de grupos algunos de esos a los que llamaban “favoritos” desaparecieron. Las grandes potencias se despidieron por maldición o por estrategia y junto con ellos, aquellas famosas camisolas por las que muchos pagaban cientos, ahora se reducen a precios baratos o como dicen, las ofertadas.
Playeras como las de Alemania, que antes costaban entre 350 o 400 por ser uno de los equipos favoritos, ahora están en rebaja después de haber estado en vitrinas como las más codiciadas, se encuentran entre las cajas de ofertas.
“Cuando el equipo ya está eliminado, a la gente ya no le interesa y para no perder la inversión es mejor regatearlas”, dice Leonel, propietario de una tienda deportiva.
Mientras que unas selecciones de fútbol decepcionan otras dan la sorpresa, como dice el dicho: donde va Vicente ahí va toda la gente “entonces del dinero que obtenemos de las ofertas invertimos en las nuevas playeras de los equipos que dan la sorpresa, en este caso México”.
De acuerdo con El Universal, estas son las camisolas más vendidas durante el torneo de FIFA:
1. Alemania: 5,300,000
2. Brasil 4,800,000
3. Rusia 3,400,000
4. Nigeria 3,300,000
5. España 3,270,000
6. México 3,230,000
7. Portugal 2,550,000
8. Argentina 1,890,000
9. Colombia 1,655,000
10. Inglaterra 1,550,000
Otras selecciones como: Croacia, Bélgica y Japón se colocan ahora entre las más buscadas en los anaqueles. Portales en Internet, tras la eliminación de alguno de los favoritos decidieron incluso regalar las playeras a cambio de la compra de otra.
La venta de estos productos representa uno de los negocios que más ganancia deja durante la Copa del Mundo. Los comerciantes deben poner a prueba su olfato no solo mercantil, sino futbolístico para invertir y no perder. Pero “en esto nunca se sabe, un día se agotan las playeras y al otro casi las regalas”.