El camión negro de Badabun provocó miedo entre los infieles, porque lo vieron en algunas fotos en las redes sociales. Pronto, las imágenes fueron borradas por aquellos que tienen una aventura. Asimismo, las parejas se organizaron para llegar al lugar donde estuviera y ganar dinero por la fidelidad.
Se convirtió para muchos en una de las paradas morbosas. Algunos pasaban lentamente en el carro junto al camión solo para grabar unos segundos y subirlo a las redes sociales. Esto para comentar un “ahora sí van a descubrir a los mañosos” o “cuidado por aquí amigos, no les quieran revisar”.
Atrapando Infieles, la sección estrella del canal de YouTube, ha desatado opiniones entre los miles de internautas. Muchos lo han criticado por usar un formato “viejo” y “muy televisivo”. Otros se burlan del programa y aluden a que podría ser actuado. A pesar de las críticas, Badabun se ha convertido en uno de los canales de habla hispana más vistos en la plataforma de video y el segundo con más suscriptores.
Un restaurante, ubicado en Mixco, mostraba en sus redes sociales la foto del camión oficial frente a sus instalaciones con la frase: “¿Eres infiel? Badabun está en Guatemala y su primera parada es Ay Carmela”. Esto causó muchos comentarios, etiquetas en el perfil de Facebook y cientos de parejas amenazando con revisar los mensajes del teléfono en cuanto se presentara el equipo mexicano.
Sin embargo, nadie vio cámaras profesionales, peleas entre parejas convertidos en escándalos públicos, ni a Lizbeth Rodríguez, conductora mexicana, revisando celulares. La llegada del camión a Mixco se trató de una prueba.
Pánico por su llegada
Meses anteriores se jugaba como un chiste de mal gusto, debido a los montajes fotográficos del “camión Badabun” frente al Lago de Atitlán, el Palacio Nacional de la Cultura o en Antigua Guatemala. Pocos creían que “los cazadores de infieles” podrían salir de México a realizar alguno de sus videos.
Tras la publicación de Ay Carmela, también surgieron las especulaciones y las parejas se organizaron. Algunos conseguían fotos de un camión pintado de negro al igual que el transporte que utiliza el equipo de Badabun, lo cual generó controversia para confirmar si el que estaba estacionado frente al restaurante era el oficial. Otros, creyeron ciegamente, así como Carla y su pareja Pablo, quienes visitaron por cuatro días consecutivos el restaurante, en espera de poder ser entrevistados y sus celulares revisados.
“Yo le compartí a mi novio sobre la foto y ya que vivimos cerca del lugar, quería aparecer en el programa, además de ganar dinero. Claro, no lo habría hecho si dudara de la fidelidad de mi pareja. Me avergonzaría si le hubieran encontrado a él mensajes comprometedores”, afirmó Carla sobre sus razones de visitar el local.
Las preguntas surgían y no había video
El tiempo pasaba, los “me gusta” se estancaron y las preguntas sobre la fecha en la cual se grabaría en el restaurante continuaron. Sin embargo, la presencia del “camión Badabun” fue una medición de la productora para conocer si tendría una buena aceptación un posible video en Guatemala.
Estuardo Juárez, encargado del restaurante Ay Carmela, afirmó: “Badabun quería sondear cómo está la audiencia en Guatemala. Ellos saben que son conocidos en el país, pero deseaban saber cuánto. Por ello, nos autorizaron crear una camioneta para medir qué tanto impacto tendrían en las redes sociales en Guatemala”.
“Los encargados del programa nos pidieron al menos 10 mil compartidos en nuestra publicación, pero no llegamos a esa cifra. Solo logramos obtener 4 mil. Sin embargo, mandamos los números que obtuvimos por correo y respondieron que examinarían la propuesta”, agregó Juárez.
A pesar de haber conseguido una gran reacción mediática, la realización del video no solo se trata de buenos números en Internet. “Ellos piden que nosotros paguemos el costo de los pasajes y la producción que viene de México, pero hablamos de un gasto fuerte”, sentenció Juárez.
Hoy, Ay Carmela busca un restaurante que quiera sumarse y así poder tener más opciones de traer a Rodríguez y su equipo de Badabun.