Para unos es Dios, para otros Jehová o Yahvé.
Guatemala es un estado laico, lo que permite a los ciudadanos profesar la religión que mejor les parezca. ¿Pero existe tolerancia hacia las diferentes creencias?
Como en todo reunión de amistades están los invitados por un amigo del grupo, alguien con quien no habían tenido contacto previo. Este fue el caso de “Samuel” (nombre ficticio) quien se diferenciaba de los demás por sus creencias religiosas. “Mi mejor amigo me invitó a una fiesta con sus compañeros de la universidad”. “Nosotros nos conocemos desde la infancia”, menciona.
El grupo conformado por cuatro hombres y tres mujeres, se la estaban pasando muy bien. Risas, tragos y música era el típico ambiente de una reunión de jóvenes universitarios. “La estábamos pasando genial, conociendo a nuevas personas. Por mi religión solamente me tomé una cerveza, ya que no podemos excedernos de bebidas”, relata Samuel.
Para muchos esto fue extraño, ya que un par de amigos de Carlos atosigaban al “nuevo”, porque era “raro”, que no se emborrachara como los demás. “Al comentarles que yo no tomaba mucho, me molestaron. Al principio era aceptable porque no es “normal” que un joven de 22 años no ingiera bastante alcohol”, dice Samuel.
Al transcurrir la reunión, el bullying hacia “Samuel” era más fuerte. “Después de un rato, uno de los amigos de Carlos me cuestionó y preguntó qué religión profesaba”. “Yo le dije que era Testigo de Jehová y le expliqué la razón por la cual nosotros no ingerimos el alcohol en exceso”, expresa.
Algo que para los demás jóvenes no era común. “La mayoría de ellos me dijeron que mi religión solo quita el tiempo, ¿por qué vamos a tocar las casas? ¿No teníamos nada que hacer?”. “Aquí en Guatemala no existe una tolerancia por las demás religiones”. “Si eres católico, evangélico o mormón, no importa con cual hayas crecido, pero si te hace sentir bien ¿por qué es algo malo?”, indica Samuel.
Una religión que para muchos tiene creencias “radicales”. “Nosotros nos basamos en lo que dice la biblia, tenemos ciertas acciones que “no son bien vistas” en la sociedad. Pero todas las religiones tienen su forma de ver la vida”, comenta Samuel.
Una reunión que se volvió un debate. “Bien dicen que en las reuniones se debe evitar hablar de religión y política. ¿Por qué no se puede convivir juntos a pesar de ser diferentes?”, dice Samuel.
“Yo soy católico, pero entiendo que existen bastantes religiones, cada una de ellas tienen sus creencias y por eso debemos respetarlas. Al final somos seres humanos y no tiene nada de malo ser diferente”, señala Carlos.
¿Es posible convivir en un mundo de diferentes creencias? ¿Es justo criticar a alguien por profesar una religión que lo hace sentir bien? Son preguntas que muchos se plantean cuando son atacadas. “Entiendo a mi amigo porque yo pasé por lo mismo en otra reunión, en donde una persona atea me criticó por la forma cómo los católicos creemos en las imágenes y si de verdad Dios existe”. “Desde ese momento observé que en nuestro país existe poca tolerancia por las religiones, nadie se salva de ser cuestionado”. “Creo que uno se vuelve tolerante cuando respeta la forma de pensar de la otra persona. ¿Quién soy yo para criticar a “Samuel”? Si al final compartimos buenos momentos y créanme sí se puede ser amigo de alguien que profese otra religión diferente a la tuya”, finaliza Carlos.