Una mujer en la provincia de Henan, China, llora en funerales ajenos para ganar dinero.
Originaria de China, esta mujer asegura que ha logrado mantener a su familia por más de 20 años, gracias a este particular empleo.
Desde pagar su propia casa hasta la universidad de su hijo mayor, ha sido el resultado de esta curiosa profesión.
Lo único que ella tiene que hacer es asistir a los funerales de personas que no conoció.
El llanto es lo más importante. Se debe llorar como si fuera un familiar cercano, en voz alta, para crear un ambiente de tristeza y así darle una despedida adecuada al difunto.
La mujer gana al menos US$42 por llorar 30 minutos y puede reunir hasta US$28 mil en apenas un año.
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Antigua tradición
Plañidera es como se le conoce a esta antigua tradición china, donde se le paga a la mujer para que asista a llorar en los funerales. La denominación viene del verbo plañir, que significa “gemir, llorar, sollozando o clamando”, de acuerdo con la Real Academia Española.
El origen de este oficio proviene del antiguo Egipto, donde se creía que los llantos de las personas en los funerales eran capaces de limpiar el alma del difunto de los pecados cometidos en vida y con ello facilitar su llegada a la gloria.
Pero estos no son los únicos dos lugares donde se practicaba esta tradición: en Grecia portaban un velo negro, mientras que en Roma no lloraban, pero sí rompían dramáticamente sus prendas de vestir.
Según el portal de Shanghaiist, los servicios varían desde la presencia silenciosa, llanto discreto, hasta llegar a niveles seriamente dramáticos como gritos desconsoladores, fuertes golpes de pecho o tirarse los cabellos.
Incluso, en Querétaro, México, existe un concurso donde las plañideras se acercan a los cementerios el 1 de noviembre para llorar en las tumbas de personalidades, políticos o personas comunes.
Este evento lleva 4 ediciones y recorre las calles del pueblo mexicano.