Lourdes Vega tiene 32 años, es psicopedagoga, maestra de preprimaria y mamá de dos hijos de 8 y 11 años que educa en el hogar, ya que junto a su esposo tomaron la decisión de hacer escuela en casa o homeschool desde hace un año y medio.
En la actualidad, muchos padres se han cambiado al método de homeschool debido al cierre de clases presenciales en Guatemala, pero para Lourdes el camino de educar en casa comenzó en 2018. La idea surgió cuando esta mamá se quedó sin trabajo y debido a que sus hijos estudiaban en el mismo lugar donde ella impartía clases, la oportunidad de la beca a la cual habían optado ya no estaba y no podían solventar el precio de la colegiatura de este colegio.
Según cuenta Lourdes, a ella y a su esposo, quien también es educador, les costó mucho encontrar un colegio que cumpliera con sus expectativas, por lo que él sugirió comenzar con el homeschool. Sin embargo, esta mamá al comienzo sintió miedo de hacerlo imaginando no podría, que tendría que estar todo el tiempo con ellos o no poder separar su rol de madre con el de maestra.
“Pensé que no iba a escoger cualquier colegio solo por el miedo de tener que hacerlo yo, entonces le dije a mi esposo que probáramos por un año y si veía que en el camino no funcionaba iba a conseguir un centro educativo”, recuerda Lourdes. Llegó el momento de decirle a los niños que ya no regresarían a su colegio; al comienzo el menor lo tomó muy bien, mientras su hermana dijo que extrañaría a sus amigas.
Al principio comenzaron el homeschool sin actividades extracurriculares y sin amigos que ver todos los días, pero todo cambió al irse adaptando a esta nueva realidad. Con el tiempo comenzaron a entablar más amistades en los grupos de ballet y fútbol a los que ingresaron, incluso conocieron a una gran comunidad de padres que también hacen escuela en casa en Guatemala desde hace muchos años.
Al experimentar esta nueva vida, Lourdes decidió abrir una cuenta en redes sociales para contar su historia del homeschooling, compartir su experiencia, las actividades que diariamente hacían con sus hijos como las visitas a museos, las decisiones que les tocaban tomar a partir de estar en casa enseñando. De este modo conoció a más padres que hacían lo mismo y formaron una propia tribu.
“Cuando fuimos a la primera reunión a conocer a alrededor de 20 familias que hacían también homeschool, recuerdo que mi hijo se impresionó mucho porque hasta ese momento toda la gente que conocíamos nadie hacía lo mismo, ya que todos iban a un colegio”, relata Lourdes. De esta manera descubrieron otro estilo de vida y admite que ahora es más feliz.
Muchas veces las personas se imaginan situaciones diferentes de lo que realmente es la educación en casa; no siempre es lo mismo, los días son tranquilos, los niños tienen sus tareas, pero si surge una excursión la realizan sin prisa y disfrutan cada instante de la actividad. Para Lourdes, también ser educadora le ha permitido darle sentido educativo a cada cosa que hacen como, por ejemplo, si emprenden un viaje en familia a algún lugar, tratar de aprovechar que los menores aprendan de otra forma.
“Les digo a las mamás que si quieren comenzar a educar en casa, empiecen por investigar el currículum nacional base, que sea una guía y cuando su hijo logre hacer todo, pasen al siguiente, pero todo al ritmo que él quiera porque en el homeschool tú puedes ir lo más rápido o lento como el niño lo necesite sin prisas”, agrega.
La meta es que los niños aprendan, también que sean felices, por lo que para esta mamá por ahora no está en sus planes regresar a sus hijos a un colegio, sino poder seguir dando una educación desde casa hasta que se gradúen. Aunque no siempre es fácil, ya que se requiere de mucha investigación, preparación y sobre todo ganas de querer llevar este estilo de vida. Para Lourdes, lo más gratificante es que ha logrado unir lazos como familia, disfrutar ver crecer a sus hijos y que cada experiencia que viva deje una enseñanza en la vida.
Fuente: Lourdes Vega, Instagram @homeschoolers_cv