Los consumidores del porno son cada día más y mucho más jóvenes. Lo anterior provoca que la “idea” que se tiene sobre el sexo esté muy alejada de la realidad, porque muchos han visto pornografía antes de haber tenido relaciones sexuales.
La pornografía no es equivalente al sexo real, sin embargo, en la actualidad muchos jóvenes no solo no comprenden la diferencia, sino además, no creen que exista una distinción entre lo uno y otro. En el siguiente video se explica cómo su consumo afecta el cerebro y la vida sexual de los jóvenes:
Por todo lo anterior, muchos jóvenes que consumen pornografía, se sienten frustrados con su vida sexual. Las personas de las películas para adultos son actores y actrices, es decir, que están preparadas para brindar un espectáculo al público que consume películas XXX.
Los jóvenes ven en la pornografía una guía sobre el sexo, pues al ser un tema tabú, es difícil que encuentren otros sitios donde aprender sobre el tema. En estas películas se muestra a hombres musculosos y mujeres perfectas. Los hombres suelen ser dominantes con las mujeres en las escenas, las chicas gimen y siempre les hacen sexo oral. Esto y mucho más se convierte en expectativas para quienes toman el porno como una especie de manual del sexo.
Al ver pornografía, nadie cuestiona si los actores están teniendo o no placer, se da por hecho. En la lógica de los consumidores del porno, se entiende que al imitar las situaciones de las películas, se accederá al placer. Sin embargo, no es así. Y esto es porque las escenas pornográficas están editadas y controladas.
Por ejemplo, en la pornografía el tamaño del pene es más grande que el promedio, los senos también porque suelen estar operados, las mujeres están depiladas y esa no es una realidad universal. En porcentaje, las mujeres dispuestas a tragarse el semen o probar sexo anal es muy poco, mientras que en la pornografía es la norma general. Estos y otros elementos hacen que el sexo y la pornografía sean dos cosas distintas.
En este video se detallan los principales elementos que diferencian al sexo de la pornografía:
Aún hay una distinción mucho más importante. El sexo en la vida real es producto (además de la libido) de la complicidad que pueda existir entre dos personas, mientras que en la pornografía es una mera transacción de “yo te hago, tú me haces”. Las relaciones sexuales en la vida real pueden ser salvaje, pero nunca violento como lo muestra la pornografía.
En una charla TED, Ran Gavrieli, explica que la pornografía solo muestra el momento de la penetración, lo cual agudiza que no haya muestras de seducción o afecto entre las parejas. Quienes toman el porno como una guía replican lo que ven y dan prioridad exclusivamente al momento de penetrar.