Los habitantes de Longyearbyen, en Noruega, están obligados a emigrar antes de fallecer.
Ubicado en el archipiélago noruego de Svalbard, son islas en el océano Glacial Ártico, frente a Groenlandia. Este peculiar lugar guarda una costumbre diferente a muchos países alrededor del mundo.
Solamente tres islas del archipiélago están habitadas: la isla del Oso (Bjørnøya), Hopen y Spitsbergen. En esta última, la mayor de las tres, se encuentra Longyearbyen, capital del archipiélago y más de dos mil habitantes residen en ella.
Durante más de cuatro meses no ven la luz del sol y la vida se desarrolla tranquila y amena, pero debes cuidarte porque puedes toparte con uno de los miles de osos polares que habitan la zona.
Los osos son llamativos del sitio, así como sus 46 grados bajo cero forman parte de la experiencia de vivir en el ártico.
Estas islas fueron descubiertas por el holandés Willem Barents, en 1596.
Pero, lo más llamativo del lugar es que está prohibido morir. Una ley que rige en Longyearbyen desde 1950 obliga a emigrar antes de fallecer, debido a que los cuerpos no se descomponen en un hábitat por el frío extremo que se puede alcanzar en el lugar.
Los cementerios están prácticamente vacíos desde hace 68 años. En el caso de que a un habitante se le diagnostique una enfermedad terminal o se tema por su vida, debe ser trasladado.
Incluso, la ley recomienda que las embarazadas se trasladen al sur, a lugares más cálidos de Noruega, para dar a luz
Otra de las leyes obliga a los habitantes a portar rifles para defenderse si se aventuran fuera de los poblados, ya que esto los defenderán de los miles de osos polares que habitan en el área.