La aldea Xejuyup, ubicada en Nahualá, Sololá, alberga a unos 5 mil habitantes de la etnia maya k’iche’. Se encuentra a tres horas del municipio.
“Xe” significa debajo y “Juyuo”, montañas; Xejuyup significa debajo de las montañas. Entre altos árboles, en un campo de fútbol, juega el Club Social y Deportivo Xejuyup.
Antonio Perechu recuerda que de joven, a inicios de los 80, “chamusqueaba” con sus amigos. Soñaba con convertirse en futbolista profesional.
Formó parte de la sub-20 del Deportivo Suchitepéquez. Caminaba más de tres horas para llegar a los entrenamientos. Sin embargo, por cuestiones económicas, abandonó el sueño.
“Fue un trago amargo para mi padre, pero encontró la luz en la adversidad”, mencionó Miguel Perechu, hijo de Antonio.
En 1982, comenzó a reclutar a los mejores futbolistas de la comunidad y formaron un equipo. Antonio le dio un sentido más profundo al equipo, ya que quería mantener vivas las tradiciones mayas, que se estaban perdiendo con la muerte de los habitantes más ancianos.
Con ellos, morían los trajes ancestrales mayas. Así que decidió que el uniforme de juego sería la vestimenta ancestral, la ropa de diario de la región.
“Nuestras raíces, costumbres, tradiciones e idioma se encuentran en los bordados de nuestro traje”, comentó Miguel, quien es el actual entrenador del equipo.
Hoy, 38 años después de su fundación, Antonio dirige el Club, junto a su hijo. Sus jugadores disputan partidos con una holgada camisa tejida con colores en el cuello y en las mangas, faja y falda.
No es nada más de portar el traje, también hay que ver y resaltar el talento de cada jugador. A la vez que tiene una historia, el uniforme lleva una gran responsabilidad de conservar lo que han dejado los mayas. Hay un significado en cada hilo y bordado. Al final de cuentas, en nuestro traje todo es tradición”, resaltó Miguel.
La indumentaria
Mientras en todo el mundo futbolístico se juega con pantalonetas cortas y camisetas diseñadas por marcas importantes, el Xejuyup lo hace con ropajes tradicionales.
El elemento más notable es el “Coxtar”, utilizado en vez de las pantalonetas. Sus cuadros blancos y negros significan la dualidad o polaridad; el amanecer y el atardecer, la luz y la oscuridad.
La otra prenda peculiar es el “kutin”, una camisa con bordados en el cuello y las mangas, que simbolizan la naturaleza circundante.
Este también lleva un la espalda los números en escritura maya y arábiga, para preservar la espiritualidad maya.
El “Pas” o faja, se utiliza en la cintura para sostener la parte inferior del uniforme. Tiene forma de cadena espiral y representa la energía telúrica de la Madre Tierra, así como el espiral que guarda el código genético.
Es el “poder serpentino de la energía”, es por ello que tiene su base en la columna vertebral y bordado con figuras de serpientes.
“Aunque el uniforme no tiene la comodidad de la vestimenta moderna, los jugadores no piensan cambiar la tradición. Prefieren “kutin” antes que cualquier marca. Preservar la historia es lo más importante para nosotros”, afirmó Miguel.
Los trajes son elaborados por mujeres artesanas, usualmente las madres, esposas o abuelas de los futbolistas. Son tejidos a mano y con sumo cuidado en los detalles, ya que tienen una cosmovisión por representar.
Los jugadores utilizan botines profesionales para futbol y medias. Al finalizar cada partido, algunos se quitan el uniforme y vuelven a su ropa de diario.
Nuestros antepasados, los mayas, dejaron su legado, su sabiduría, su ciencia, su cholq’ij (calendario), su arte; no hicieron nada sin un significado. Por ello, nuestros abuelos nos heredaron a nosotros su riqueza cultural en los bordados de su vestimenta, poseedora de gran significado”, indicó Miguel.
Un logro invaluable
El Xejuyup participa en campeonatos locales, ferias patronales, celebraciones y eventos en distintos departamentos en donde se les invita a jugar.
El equipo no participa en ningún campeonato oficial y a pesar de que los jugadores no tienen el estatus oficial, mantienen el compromiso y la pasión.
“Todas nuestras categorías, como el equipo de mujeres y sub-15, ya están creciendo con esa misma herencia”, refirió Miguel.
Una de las metas del equipo es participar en la Liga Nacional y sueñan con representar a Guatemala en algún mundial.
“Cada vez que somos invitados a torneos o entrenamos, lo hacemos con coraje y humildad. El equipo transmite un mensaje de identidad y respeto a través de nuestro traje ancestral, acompañado de los valores deportivos tradicionales”, agregó.
Perechu comentó que a pesar de lo que se cree, nunca han sido víctimas de discriminación o burlas por su traje. “En todas partes nos han dado un buen recibimiento, tanto los equipos, la afición y los medios de comunicación”, aseguró.
En un país en donde casi el 40 por ciento de la población es indígena, el equipo ha destacado en su disciplina, llegando a jugar en la gramilla del Estadio Nacional “Doroteo Guamuch Flores”. El próximo 28 de julio, visitarán la Feria de Santiago Atitlán.
El club ya ha acaparado las cámaras y páginas de noticieros internacionales, que resaltan la peculiaridad del Xejuyup como una riqueza cultural y ancestral.
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Fotos: cortesía Miguel Perechu.