“El chucho callejero es el que anda en la calle sin dueño. Todos lo conocen, se acercan, le dan de comer; se gana la confianza de la gente. Eso es lo que tratamos de hacer”. Así describe el muralista Jorge Corleto al colectivo Chucho Callejero, fundado por el artista en 2014.
Desde pequeño, Jorge se quedó con la inquietud de realizar una alfombra. Estudió en un colegio católico y su primera alfombra la realizó con ayuda de sus compañeros. Era una obra de El Greco. Así que para culminar lo que empezó de joven, junto a los jóvenes hizo una alfombra poco tradicional durante la Semana Santa de 2015.
El artista creció en el barrio de La Merced, zona 1, y su abuela era devota de Jesús Nazareno de dicha iglesia. Como un homenaje a ella, el colectivo realizó su primera alfombra artística para la procesión de La Reseña y su paso por la 12 avenida, el Martes Santo.
El colectivo no tenía la intención de competir con las tradicionales alfombras. No utilizaron moldes, pero sí el aserrín, corozo y flores. Las reacciones a la alfombra fueron positivas y comenzaron a ganar fama.
“Jamás me imaginé que sería trascendental para la tradición popular guatemalteca. Nunca creímos que iba a invadir tanto las redes”, comentó el muralista. En 2016, continuaron realizando alfombras, pero para empresas privadas y muchas hermandades. Todas recibían gran cobertura por parte de los medios y los artistas se popularizaron de inmediato.
“Nos contratan para hacer alfombras y eso es bueno porque el arte nos da de comer, pero siempre mantenemos la mística de hacerla gratis para familias u organizaciones de escasos recursos”, contó Corleto. Y es que ya han realizado varias en los departamentos del país como Quetzaltenango y Chimaltenango.
En 2017, realizaron unas 12 alfombras. En 2018, fueron seis alfombras solo en Semana Santa. Además, se encargaron de la primera alfombra de luz de Guatemala en Ciudad Cayalá. Basada en el teatro negro, tiñeron el aserrín con pintura neón y se iluminó la obra con luz ultravioleta.
La exposición del colectivo fue tan grande que en 2017 fueron invitados a participar en el II Encuentro Internacional de Alfombristas en Uriangato, México. “Fue muy bonito porque participamos con países como Japón, Bélgica, Brasil, Italia”, mencionó Corleto. Este año, el colectivo fue invitado de nuevo, pero con Guatemala como invitado especial.
Pero no solo se trata de alfombras. Los miembros de la agrupación se definen como artistas visuales. Han participado en el Festival del Centro Histórico trabajando pintura en la piel. Además, por quinto año consecutivo, ilustran el certamen municipal “Nuestra Ciudad en 100 Palabras”, trabajan murales y realizan exposiciones de arte en vivo en la calles.
“Nuestra idea ha sido mantener el lazo que se había roto entre el artista y el espectador para crear el vínculo y la gente conoce cómo se hace una obra artística”. Jorge Corleto, muralista.
Para el artista, esta idea de conectar al público con el arte ha dado resultados positivos. Los murales de Bellas Artes son un ejemplo de ello. “La gente pasaba viendo, nos invitaba a comer, nos platicaba. La misma gente los cuida porque los ha tomado como propio”, comentó Corleto. Pronto, estos murales serán declarados patrimonio cultural.
Las alfombras del colectivo:
2017: Alfombra para el Centenario de Consagración de Jesús Nazareno de Candelaria, Cristo Rey. La obra mostraba una simbiosis entre Miguel Ángel Asturias y el Nazareno por la devoción que el escritor le tenía. Se realizó frente al Palacio Nacional de la Cultura.
2017: Alfombra para el retorno de restauración de Jesús Nazareno de las Tres Potencias, La Parroquia, zona 6. Se realizó en la entrada de la iglesia.
2017: Alfombra conmemorativa de los 100 años de las apariciones de la Virgen de Fátima. Se realizó frente a la Catedral Metropolitana.
2018: Alfombra para el paso de la procesión de Jesús Nazareno de la Guardia de Honor. Se realizó en la sexta avenida de la zona 1.
Los próximos meses
Entre los proyectos del colectivo, se encuentra una colaboración con personas de Antigua Guatemala. “Queremos hacer una que combine lo hermoso que hacen ahí y nuestra técnica más artística”, mencionó Corleto. La idea es trabajar junto a una familia reconocida por sus alfombras y crear algo “simbiótico”.
Para este año, el colectivo realizará una alfombra para el cierre de actividades del centenario del natalicio del artista Guillermo Grajeda en Xela. Además, participarán en los 25 años de Jesús Nazareno de Los Milagros, San José.
El colectivo también fue invitado a la muestra de arte efímero “El tapete de la Muerte”, el 2 de noviembre de este año en México. Ahí realizarán una alfombra de Ah Puch, el dios maya de la muerte para llevar un poco de la cultura guatemalteca al extranjero.
Con eso cierran el año, ya que desde enero tienen pedidos para alfombras cuaresmales. “Quisiéramos hacer más, pero una alfombra nos lleva 6 a 8 horas”, finalizó Corleto con una sonrisa.
Fotos: Colectivo Chucho Callejero