No tiene una preparación formal en el arte; sin embargo, su pasión le ha permitido perfeccionar su talento. Alejandro Sandoval, más conocido como “Scrim”, es un escultor guatemalteco que vive de crear hermosas piezas de distintos materiales.
A sus 23 años, Sandoval se dedica profesionalmente en lo que es la escultura monumental. Este es un grado más formal que lleva distintos materiales, como los metálicos y que se ponen, por ejemplo, en plazas o edificios.
“Actualmente trabajo con Sebastián Barrientos. Él es uno de los representantes en Guatemala, en el ámbito de escultura monumental”, dice Sandoval, quien resalta que hay varias esculturas realizadas por ellos en la ciudad.
El trabajo de Sandoval ha sido empírico. Indica que todo ha sido por su propia cuenta, pero que por medio del internet busca manuales para recabar información de distintas técnicas. Lo lleva haciendo desde hace cinco años, cuando comenzó a realizar esculturas.
Su inicio fue únicamente con figuras pequeñas, como un pasatiempo. Con el tiempo fue obteniendo trabajos en distintos talleres, donde hacían estructuras en fibra de vidrio para parques u otros lugares públicos.
Su propia marca
Además de dedicarse a esculturas monumentales, Sandoval decidió poner su propia marca, “Scrim”, como es conocido. También diseña productos coleccionables, como estatuillas de distintos temas.
“actualmente estoy impulsando unos formatos que serían de un metro veinte, en polímero plástico”, agrega “Scrim”.
En relación con los instrumentos que utiliza para elaborar las esculturas, Sandoval comenta que regularmente usa una técnica de modelado en directo. Consiste en un material que es parecido a una pasta moldeada, y con palillos o estecas hace el tallado y la forma.
“Regularmente en este tipo de esculturas grandes uso una técnica mixta, que quiere decir que trabajo el material modelado en fresco para posteriormente, cuando se seca, hacer el trabajo detallado”, explica el artista.
Por aparte, Sandoval también se dedica a impulsar su marca, que es por otro medio por el cual puede vender. No cuenta con su propia tienda, pero se dedica a fabricar y distribuir en distintos locales, algunos ubicados en la zona 1 capitalina.
“Igual, tengo este medio de venta en las convenciones, donde hago exposiciones de arte y también pongo la nueva galería. Hay personas que compran de una vez”, resalta “Scrim”.
Su objetivo es seguir haciendo lo que le apasiona, por lo que se ha perfeccionado también en realizar máscaras fundidas, ya sea de animes, horror, cine o de música, que oscilan entre Q80 y Q150. Además, también fabrica cascos y armaduras, con lo que espera llegar a más personas para que disfruten de su arte.