Conocida en el oriente guatemalteco. La “Piedra de los compadres” es un lugar turístico, el cual es visitado por extranjeros y nacionales. ¿Conoces su leyenda?
Cuenta la leyenda que dos amigos se hicieron compadres y uno de ellos apadrinó al hijo del otro.
El acuerdo implicaba responsabilidad, honor y confianza. El padrino del niño terminó por traicionar a su amigo, dejándose llevar por el deseo carnal hacia la madre de su ahijado.
Madre y padrino llegaron a un lugar en el que, estando solos y únicamente en compañía del viento y el sonido de la naturaleza, ambos cuerpos se sucumbieron entre sí para consumar un acto sexual.
Al terminar de satisfacer sus deseos carnales, un castigo cayó sobre ellos, convirtiéndose inmediatamente los dos en piedra y permaneciendo como un recuerdo y advertencia de las consecuencias de aquel acto prohibido.
Pese a la leyenda detrás de estas rocas, muchas personas les atribuyen poderes divinos. Por ello, el lugar es escena de rituales sagrados, rezos, sacrificios y penitencias.
Es allí donde nace el nombre de “Piedra de los compadres”.
Turismo
Nacionales, salvadoreños y hondureños, son los que más acuden al lugar.
El viaje no es muy complicado. Se puede acceder por la carretera antigua de Chiquimula hacia Esquipulas, o bien, se toma uno de los transportes que se sitúan cerca de la Basílica del Cristo Negro, en el centro del propio municipio.
Una de las características que llama la atención de los turistas, es su extraño equilibrio que existente entre ambas piedras, el cual se ha vencido con el paso del tiempo y las condiciones climáticas.
Las piedras, de un gran tamaño y peso, alcanzan una altura aproximada de tres metros y un peso de 50 toneladas.
Parece una simple piedra sobre otra, pero, para algunos creyentes, dicho lugar emana misticismo. Existen comunidades tradicionales que creen que son una manifestación de poderes divinos o materialización de voluntades sagradas.
A raíz de eso, el lugar es escena de rituales sagrados, rezos, sacrificios y penitencias, al punto de que estas piedras ya tienen un color negro, debido al humo de los rituales efectuados.
Entre algunos de los sacrificios que realizan los creyentes, se encuentran los gallos decapitados entre velas encendidas.
Oraciones, gratitud o peticiones, son solo algunos de los murmullos que se pueden escuchar en las largas filas para tener una oportunidad de rezarle a alguna fuerza sobrenatural que existe en el lugar.
Otros, simplemente tienen miedo a quedar así por cometer adulterio.