Don Andrés Catalán es una persona muy devota de las procesiones, las conoce cada una y los días que salen sabe hasta el recorrido de las andas y las marchas que van en cada cuadra.
La devoción inició cuando lo llevaron a ver su primera procesión. A don Andrés no se le olvida, pues esa era el anda de Jesús de los Milagros del Templo de San José; él fue a ver la salida del cortejo procesional y eso lo impactó de tal modo que quería ver cada una de las procesiones. De pequeño se ponía a llorar si no lo llevaban en Semana Santa a ver el recorrido de las andas.
Pero se terminó de enamorar de las tradiciones cuando sus padres le compraron un turno para cargar en la procesión infantil de la Recolección. Ese día su vida cambió porque estaba tan emocionado que al sentir el anda en sus brazos se puso a llorar. Don Andrés, cuando recuerda ese momento, le brotan lágrimas.
A partir de ese momento, don Andrés se dio cuenta de que le encantaba estar en las procesiones y fue así cuando empezó a comprar sus turnos para cargar en cada Semana Santa.
Sin embargo, este año está muy triste porque no podrá hacerlo.
“Mire, cuando me enteré de la noticia, la verdad sí me puse a llorar porque será la primera Semana Santa sin ver las andas; pero lo que más me da tristeza son las personas que ya han muerto a causa de esta enfermedad, pues también soy consciente y sé que nos tenemos que quedar en casa”. – Andrés Catalán.
Lo que ahora don Andrés tendrá que hacer es recordar esas Semanas Santas en las que llevó en sus hombros a todos esos nazarenos y sepultados, no solo en la Ciudad de Guatemala, sino también en Antigua. A él le gustaría ahora que la televisión pasara los recorridos anteriores de las procesiones, para recordar todo lo vivido.
Él ya tenía los turnos que utilizaría para esta Semana Santa, pero dadas las circunstancias tendrá que guardar los cartones y recordar que el país ahora está luchando por salir adelante de esta crisis.