Daniel Guerra es uno de los atletas más completos de Olimpiadas Especiales. El amor por el deporte lo hace cada día más feliz, dedicado y profesional.
A los 5 años, se convirtió en un pequeño nadador, lo cual demostraba que su futuro se encontraba en las piscinas. “En el colegio Kipling había un día dedicado al deporte y lo ingresaron a competencias infantiles, desde ese momento comenzó su carrera”, relató Susan Guerra, hermana de Daniel.
“A nosotros nos criaron igual. Solo que Daniel tiene una mentalidad de un niño de 12 años”.
Cuando inició su sueño, Daniel se alejó de los estudios y el deporte. “Mi hermano no estudió durante dos años, lo cual fue muy difícil para nosotros”. “Pero, encontramos la Fundación Faces y nuevamente regresó para practicar natación, atletismo, básquetbol y salto alto”, mencionó Susan.
A los 18 años, Daniel ya figuraba como un gran atleta. “A pesar de tener una discapacidad intelectual, siempre mostraba su mejor actitud”. “Él se entrenaba en la piscina de la Universidad de San Carlos, allí pasó varios años hasta que un entrenador lo llamó para formar parte de las Olimpiadas Especiales”, relató Susan.
Daniel, después de largos entrenos, días sin descansos, a los 26 años mira cómo sus sueños se hacen realidad. Poseer una mentalidad de 12 años, no ha sido una excusa para que sea feliz. “Comencé en varios deportes, pero la natación es mi pasión. Ahora, también practico triatlón, pero mi pasión es estar en el agua”.
Costa Rica, un sueño cumplido
“Me recuerdo que mi hermano estaba viendo un programa y pasaron imágenes de Costa Rica y me dijo que un día iba a estar allá. Efectivamente, viajó a dicho país con el equipo de fútbol de Olimpiadas Especiales”. “A Daniel, lo llevaron a participar en distintos deportes, pero su pasión siempre ha sido la natación”, indicó Susan.
Como es una persona innata para los deportes, el oro, la plata y el bronce ya forman parte de la vida de nuestro atleta. “Yo quiero seguir viajando para demostrar que soy un buen deportista”, contó Daniel.
Competencias nacionales e internacionales son la motivación para conquistar el podio. Un ejemplo fue su participación en los III Juegos Latinoamericanos de Olimpiadas Especiales Panamá 2017, en la categoría de 200 metros libres en natación, en donde Daniel obtuvo la medalla de Plata. “Fue una experiencia increíble y estoy muy contento”, dijo el deportista.
Nuevamente, Costa Rica se vuelve parte fundamental de la carrera deportiva de Daniel. “Recientemente regresé y clasifiqué para representar a Guatemala en Abu Dabi”. “Me siento feliz porque estoy cumpliendo mis sueños”.
Abu Dabi es el mayor reto que Daniel enfrenta en su vida. Su única meta es ¡llegar a la cúspide de su sueño más anhelado! “Voy a hacer triatlón y nadar en aguas abiertas, quiero ganar medallas para Guatemala”.
Inclusión
Daniel, aparte de ser un gran atleta, también desea estudiar una carrera universitaria. “Mi hermano me dice que quiere un mejor nivel académico”. “Nosotros lo motivamos a que entienda que ser deportista también es una profesión digna ante la sociedad”, expresó Susan.
El deporte es importante en la sociedad, muchos personas como Daniel también forman parte de nuestro país y se merecen una oportunidad de vida. “Me gusta leer a Michael Phelps y Nick Vujicic”, expresó el joven.
“La lectura ha ayudado a Daniel a poseer un mejor intelecto”. Susan Guerra
Daniel ha laborado en jardinería, repostería y en las oficinas de Olimpiadas Especiales, pero su prioridad es la carrera deportiva. “Él ha trabajado, pero ahorita en su preparación por los horarios de entreno no le da tiempo. En mi familia somos reposteros y panificadores, gracias a ello podemos apoyarlo”, dijo Susan.
El tema de inclusión ha sido un problema, ya que no existía apoyo para jóvenes con discapacidades intelectuales. “Al principio sí nos costó por la falta de apoyo a jóvenes como Daniel. “Antes, no existían espacios. Él, ya es un adulto y hasta ahora se observa que nuestra sociedad está cambiando, hay más ayuda en muchas áreas”, narró Susan.
Daniel es igual a nosotros, que sueña, con sentimientos y pasión. Ellos, también pueden enseñarte muchas cosas, aunque tú no lo creas. “Si les gusta el deporte háganlo porque es bonito. También, espero que todos alcancen sus sueños, recuerden que nada es imposible y realicen lo que les apasiona”.
Guerra ya tiene 32 años, pero su edad no es un límite para ganar una medalla de oro para Guatemala. Demuestra que todos pueden llegar a ser el orgullo de una nación. ¿Tú crees en ellos?